Los escrotos y los pechos han caído 0,3 mm desde el inicio del confinamiento

caída de escrotos y pechos

Los efectos económicos y sociales de la pandemia de coronavirus se están dejando notar mucho desde la irrupción del COVID-19 en nuestras vidas, pero no son las únicas consecuencias de esta crisis sanitaria mundial. También las hay fisiológicas y no sólo por el lógico y esperable aumento del peso de la población.

El confinamiento ha ocasionado hasta la fecha una caída media de 0,3 milímetros en las bolsas escrotales de los hombres y en los pechos de las mujeres debido al abandono continuado en el uso de calzoncillos y sujetadores en el hogar.

Una encuesta del CIS de Tezanos revela que el 80% de los españoles pasa las 24 horas del día desde que comenzó el aislamiento en pijama y sin ropa interior, porcentaje que se reduce únicamente cuatro puntos en el caso de las féminas.

Sociólogos consultados por este medio revelan que hay quienes no se ponen ropa interior «ni siquiera cuando bajan a tirar la basura, a que el perro les pasee o a hacer la compra».

Es más, muchos individuos que están teletrabajando reconocen haberse puesto la ropa, el traje o el uniforme encima del pijama cuando realizan una videoconferencia.

La prolongada falta de sujeción de los sacos escrotales y los senos femeninos está dejando actuar a la ley de la gravedad en su máxima expresión.

Si el periodo de encierro domiciliario preventivo continúa muchas más semanas es muy probable que, sumado a otras decisiones y medidas gubernamentales, haga que literalmente se caigan (más) los huevos al suelo, al mismo tiempo que se hinchan.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa (ironía de nombre), ha ofrecido una rueda de prensa sin prensa en la que ha señalado que «respecto al tema de la caída del índice bursátil escrotal, casi mejor que responda la titular de Economía», quien a su vez ha remitido la cuestión a José Luis Ábalos, que ofrecerá sus sucesivas versiones distintas sobre este particular en las próximas semanas, pero que con su habitual dosis de testosterona ha avanzado que «la gente también puede sujetarse los cojones o las tetas con mascarillas».

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