Arrestado por masturbarse en un club de alterne «porque estamos a fin de mes»

Puticlub de Alicante

«Estamos a final de mes y no me queda ni un céntimo«. Así trató de justificarse en la Comisaría el hombre que ayer fue detenido en un conocido puticlub de Alicante por masturbarse tras coquetear con las mujeres.

El gerente del local llamó a la Policía después de que varias trabajadoras del club de alterne denunciaran la actitud de un cliente que, según sostienen, «reclamaba nuestra presencia, se dejaba querer por nosotras y luego se iba al aseo«.

«Así se ha venido pasando horas y horas aquí durante varios días», añaden las prostitutas, que no recuerdan que el hombre haya requerido nunca sus servicios sexuales.

Fue la mujer de la limpieza quien alertó a la gerencia del puticlub de Alicante de que las paredes del cuarto de baño de los clientes presentaban con frecuencia «chorretones de lo que parecía ser semen«.

Dos trabajadoras del prostíbulo de Alicante donde ocurrieron los hechos
Dos trabajadoras del puticlub de Alicante donde ocurrieron los hechos

Una vez recibido ese aviso, el gerente del local se dirigió al servicio tras el sospechoso y al entrar lo sorprendió «manos a la obra» delante del urinario.

«Le dije que se marchara inmediatamente del local porque estaba prohibida la autoprestación de placer y contestó que todavía no se había acabado su consumición. Y resulta que nunca pedía nada en la barra, salvo un vaso de agua con la excusa de tener que tomarse una medicación», explica el responsable del club.

Tras una discusión elevada de tono, durante la cual el no-cliente mantuvo en todo momento sus genitales al descubierto, finalmente unos amables guardias jurado de nacionalidad búlgara echaron mano de sus diplomáticas artes dialécticas para convencerle de abandonar el lugar.

Sin embargo, tan solo unos minutos después, el onanista intentó volver a acceder a las instalaciones (momento recogido en la imagen superior tomada por las cámaras de seguridad), lo que obligó al encargado a llamar a la Policía con el fin de evitar tener que echar mano de dos filológos que tiene subcontratados a demanda «para cuando es preciso el uso de la violencia».

«Cobran mucho y… estamos a final de mes», subrayó el gerente del puticlub de Alicante en cuestión.

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