Una tarde tuitera con la mujer de Ximo Puig, Echávarri, periodistas y sicarios

la mujer de Ximo Puig

Vamos a reproducir en este artículo, por su interés y comicidad, el debate (o conversación de besugos) que ayer mantuvieron a través de Twitter el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, su asesor con foto de sicario, José Aroca, varios periodistas (entre las que se incluye la mujer de Ximo Puig, Amparo Panadero) y el community manager de Viscalacant.

Todo comenzó cuando leímos el siguiente mensaje del regidor alicantino:

Nos llamó la atención que precisamente a Gabriel Echávarri, que ha protagonizado más de un «vómito» en las redes sociales, como aquel mensaje «antielchero» que tuvo que borrar, le pareciera «brillante» destacar que un periodista debe serlo siempre y en todos los espacios.

Así que, al hilo de la actualidad y jugando con esa misma frase de Amparo Panadero (una periodista que más tarde descubriríamos que se trata de la mujer de Ximo Puig), le contestamos esto al alcalde de Alicante:

Echávarri no tardó en reaccionar, replicando lo siguiente:

 

Un tanto sorprendidos, pues teníamos fresca en la memoria esa noticia, echamos mano de Google y enseguida encontramos el artículo publicado en varios medios. Escogimos el del INFORMACIÓN por ser el primero en aparecer y se lo adjuntamos:

 

Dado que el mensaje del alcalde era sumamente educado y, aunque cogiéndosela con papel de fumar pero tenía razón, procedimos a rectificar:

 

Se podrá observar que más allá de la forma, el fondo es exactamente el mismo. Desligó su faceta de alcalde de su apoyo a Susana Díaz. Vamos, que Echávarri dijo lo que dijo y nosotros no nos lo inventamos, pero bueno, ahí estaba la rectificación solicitada para ser escrupulosamente fieles a la realidad.

El socialista lo agradecía:

 

Y nosotros, que somos bastante traviesillos, le soltábamos este «zasca», recordándole que pasó de apoyar a su amigo Pedro Sánchez a pasarse al bando contrario, el de Susana Díaz, con el resultado final ya conocido:

 

Y ahí parecía quedar la cosa al aceptar el alcalde nuestra pullita sin replicar.

Sin embargo, la cosa se lió por una serie de confusiones que ahora veremos y por las que se acabaron cruzando conversaciones en una suerte de juego del teléfono loco.

En un momento de la charla arriba expuesta, el asesor socialista José Aroca, en cuya foto de perfil aparece empuñando un arma, le dio «Me gusta» al mensaje en el que Echávarri nos pedía rectificar.

Al parecer, este hombre tiene cierta fama de guardaespaldas virtual del alcalde, a juzgar por los comentarios que registramos por parte de algunos usuarios tras el «like» que Aroca le regaló al regidor:

«Como sigas así te van a acabar soltando a Aroca»

«A mí Aroca intentó darme pal pelo y acabó por bloquearme. Con lo bien que nos lo estábamos pasando»

A continuación irrumpió en escena Amparo Panadero, esposa del presidente de la Generalitat, con el siguiente tuit en el que nos contestaba a nosotros y a Echávarri:

 

Sorprendidos por el tono y por la incorrecta manera de escribir de quien defendía en el artículo por el que la felicitaba Echávarri que los periodistas deben serlo siempre, en todos los espacios, tuvimos a bien contestarle así:

 

En ese momento, la mujer de Ximo Puig debió de darse por aludida en un mensaje sobre Aroca que otro periodista nos lanzó a nosotros, y optó por incluirle en sus respuestas:

 

Como ya no teníamos claro a quién se dirigía, nosotros también contestamos en grupo:

 

Panadero parece entonces quedarse al margen, y el resto nos dedicamos a lanzarle simpáticos darditos a Aroca, que adopta un papel entre irónico y victimista:

 

 

Y ahí quedaba la cosa. Pero, de nuevo, reaparece la mujer de Puig:

Nosotros, que en ese momento ya habíamos visitado el perfil de Amparo Panadero, descubriendo que se trataba de la esposa de Ximo Puig, le somos sinceros, pero le hacemos también a ella otra pregunta, que según dicen los propios periodistas siempre «preguntar no es ofender«:

En ese momento, el periodista implicado antes en la charla le responde que, si se refiere a él, sí lo es y, además, en ejercicio. Y Panadero sigue sentando cátedra:

 

Regocijándonos en nuestro hijoputismo natural, vemos que su mensaje, fruto quizá del ímpetu o del nerviosismo, está bastante mal escrito. Y allá que vamos:

 

El periodista, a la suya, le contesta que claro que conoce los códigos deontológicos.

Como Amparo Panadero no nos contestó a nuestra cuestión, insistimos:

La periodista se pica y empieza a dar unos detalles que más tarde la sumirían en otro debate que luego reproduciremos, aunque ya sin nosotros en liza:

 

Optamos por contestarle lo mismo que la inmensa mayoría de empresas de este país:

La mujer de Puig se calienta por momentos:

Replicamos, sí, un poco picados, e intentamos que se tranquilice:

«Al final nos sueltan a Aroca. Ya verás», escribe el periodista Sergio, arrancándonos la risa, al igual que cuando unos cuantos mensajes antes decía que mientras Aroca no quisiera explicarnos el origen de su foto de perfil, todo iba bien.

Y dicho y hecho. Allí aparece el tal Aroca:

Tratamos de apaciguar:

Nos gana con el emoticono, así que le decimos una gran verdad:

Los dos periodistas aclaran el embrollo entre ellos cordialmente (más o menos), y nosotros tratábamos de zanjar el debate:

No demasiado conciliadora, la mujer de Ximo Puig apostilla:

Pues nada, seguimos:

Misteriosa y tras repetir la conocida frase de Kapuściński que dice que hay que ser buena persona para ser buen periodista, la articulista gratuita añade:

Por fin se despeja la cosa. El periodista escribe que «me temo que la culpa es mía. La he incluido en la conversación cuando pretendía hacer un comentario particular a @Viscalant».

«Es lo que tiene Twitter, que las menciones son un lío. Un saludo y encantado de conocerla», se despide el periodista.

Y, como en esas interminables películas en las que el malo parece haber muerto, pero vuelve a aparecer, allá que va de nuevo Panadero a nuestro timeline:

 

Cansados ya y escocidos con el agradecimiento a la dignidad del alcalde, se lo explicamos clarito:

Y vuelta a la confusión:

Le decimos la verdad:

Echávarri interviene:

Y se lo agradece a nuestro alcalde:

Y la madeja sigue liándose:

Con la cabeza echando humo a consecuencia del soberano embrollo, nos retiramos a nuestros aposentos. Pero ya era tarde. Los mensajes de unos y otros estaban circulando por nuestros contactos, y los contactos de nuestros contactos, a golpe de corazoncito y retweet.

Y el hecho de que Panadero reivindicara hasta la saciedad la dignidad de los periodistas, al tiempo que se autodefinía como articulista gratuita, soliviantó los ánimos de más de uno.

Nosotros aquí ya nos limitamos a hacer un par de apuntes para ver la película tranquilamente con un bol gigante de palomitas:

(Inciso. En esos momentos, el periodista del debate anterior descubre que Panadero es la mujer de Puig, tras haber pedido sarcásticamente socorro a sus seguidores porque tenía a una señora diciéndole cosas muy raras en su timeline:

Regresamos a la segunda parte de la película tras ese inciso:

Y, salvo que se perdiera en la maraña tuitera algún mensaje más, hasta aquí llegó este debate sobre la ética, la dignidad, el humor, el periodismo, la política…

La vida en episodios de 140 caracteres.

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