El bipartito culpa del bulo lanzado por su concejala a un chino que comió murciélago

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El bipartito de Alicante ha señalado hoy en rueda de prensa que la culpa del bulo sobre el cierre de la hostelería que lanzó su concejala Lidia López fue «de un chino que se comió un murciélago».

Así lo ha asegurado hoy el portavoz del equipo de gobierno municipal, Antonio Manresa, que explicó que «de no haber sido por ese energúmeno no habría habido pandemia, Oltra no habría sugerido que tendría que cerrarse la hostelería y nuestra compañera no se habría visto obligada a mentir».

«Es tan simple como eso», ha apostillado el Forrest Gump de la Corporación alicantina, autor de pensamientos profundos como el mostrado hace días en este premonitorio tuit:

El concejal de Ciudadanos ha estado acompañado en la comparecencia por el portavoz adjunto, Manuel Villar (PP), y ambos han sujetado sendas carretillas para cargar los cojonazos que le han echado al asunto.

«El problema surge de la poca sintonía en el Botànic. Se les está poniendo cara de tripartito«, ha apuntado Villar, en un alarde de originalidad y con metáforas de su propia cosecha. Oh, wait:

Los dos han querido desviar la atención aprovechando la munición regalada por el Botànic, que este fin de semana ofrecía un espectáculo de batalla en Twitter entre Mónica Oltra (Compromís) y Manolo Mata (PSPV) que a todos nos retrotrajo a los vergonzantes tiempos del tripartito de izquierdas en Alicante.

Incapaces de justificar lo injustificable, ambos han tratado de escurrir el bulo, perdón, el bulto, echando mano de la estrategia clásica del manual de primero de política cutre y cobarde.

Manresa debiera quizá tuitear menos citas célebres y aplicarse más al cuento (él y otras) de lo que estas postulan:

Y el alcalde, Luis Barcala, callado para pasar el trago, no tan desagradable como zamparse un murciélago, pero igual de antiestético.

Porque tener en tu equipo a una persona que miente (por maldad o por ignorancia), la lía parda y se calla hasta que es cazada es malo, pero consentirlo e intentar taparlo puede derivar en una pandemia de engaños.

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