Despidos en McDonald’s. Ni las compañías más grandes escapan a los efectos de la crisis económica mundial. La cadena de hamburgueserías acaba de acometer una importante reducción de plantilla en sus restaurantes de todo el mundo.
La franquicia de comida rápida estadounidense ha dado el finiquito a todos los trabajadores encargados de poner una patata gorda, de las denominadas Deluxe, entre las patatas fritas normales. Esta decisión deja en la calle a más de 36.000 empleados en más de 100 países.
«Hemos lanzado recientemente los Big Mac dobles, con cuatro hamburguesas en lugar de dos, y ese gasto adicional había que amortizarlo de alguna manera», ha explicado el CEO de la multinacional, Chris Kempczinski, quien considera que «a estas alturas ya todo el mundo ha probado las patatas gordas, por lo que el gasto de tener a una persona en cada establecimiento colando una en la ración de las patatas fritas normales es ya innecesario».
«Llamarlas patatas deluxe igual fue una sobrada»
Kempczinski incluso ha admitido que bautizar en su día como Deluxe a una patata de gajo «frita en las mismas condiciones que las normales y procedente de idénticos tubérculos, y que encima nos da menos trabajo porque van con piel, igual fue una sobrada».
El director ejecutivo de McDonald’s lamenta tener que prescindir de la citada parte de su plantilla, pero está convencido de que «se llevan un know-how que les abrirá numerosas puertas o en todo caso, les ayudará a abrírselas a otros».
La salida del mercado laboral de estos 36.000 perfiles profesionales altamente cualificados incrementará en todos los países afectados la competencia entre aquellos que aspiran a alcanzar cargos ministeriales y otros puestos públicos considerados «deluxe». En el sector de la moda, en cambio, están bastante más tranquilos.
Muchas de las personas que han recibido ya sus cartas de despidos en McDonald’s han manifestado que su cese les abocará a intentar otra vez hacerse millonarios con las criptomonedas.