Aunque fue hace nada, lejos parecen ya los tiempos en los que una desgarbada y rechonchita diputada de izquierdas era el azote en las Cortes Valencianas de los políticos del PP, a los que traía locos con sus camisetas reivindicativas.
Desde su éxito electoral y nombramiento como vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra ha experimentado un notable cambio físico. Sorprende ver su evolución en tan poco tiempo.
El poder ha refinado sus facciones y suavizado sus rasgos, moldeado su figura, centrado su mirada, mejorado su sonrisa… Sumémosle a eso su cambio radical de estilismo, digno del «Cámbiame» de Telecinco.
Como siga así su evolución física, Mónica dejará de ser Oltra para convertirse en toda una Bellucci.