Un hombre ha sido ingresado grave en el Hospital General de Alicante después de haberse comido el centenar de montaditos de la carta de la conocida franquicia «100 Montaditos» por una apuesta.
El joven alicantino acudió con unos amigos a la cervecería de esta cadena situada en La Rambla y, tras hacer la típica coña de dar un nombre gracioso para ser llamado así por el altavoz cuando está listo el pedido, comentó que tenía tanta hambre que se comería uno de cada tipo. «No hay huevos», soltó otro del grupo.
Y Antonio C. M., nombre al que responde la víctima, recogió el guante: «Vamoraver si hay huevorono». Ni las advertencias del personal del local lograron disuadirle. «Uno de cada, con sus patatíbiris incluidas. Y ve sacando cerveza, por favor», dijo convencido.
Comenzó su reto con los 35 montaditos de la casa. Al completar esta primera ronda ya dio muestras de estar lleno, pero «por mis cojones que acabo», aseguró a sus amigos.
Los siguientes 35 fueron los «clásicos«. «Su cara ya no era la del valiente del principio. Masticaba ya con cierta dificultad», relatan los camareros del establecimiento, que en ese momento todavía creían que finalmente pararía «Jorge Nitales«, nombre falso que dio para ser llamado.
Los 18 siguientes fueron los denominados «Etiqueta Negra», contrastando con el color blanquecino que iba adquiriendo el rostro de Antonio. Para entonces ya se dejaba las patatíbiris y limitaba la ingesta de cerveza a hacer pasar los bocados que se le hacían bola.
Los 6 siguientes eran dulces. Una prueba más para su estómago. El de crema de chocolate y crema de queso dulce con mermelada de fresa en pan de chocolate se le resistió mucho, pero pudo con él. «La puta mare», balbuceó.
Estaba a seis de ganar la apuesta, pero qué seis le quedaban. Los SuperMontys. Se puso manos a la obra y casi le da un infarto cuando los camareros le comentaron que no podían servirle el llamado «Campeón 2013» al no quedarles ya crema de queso y salsa de mostaza y miel. «Ponle lo que sea, pero me lo traes, hostia puta, por favor», masculló, ya con los restos de cien salsas mezclados con sus babas.
Y lo logró. Toda una gesta de ingesta. Los 100 montaditos de Alicante, ni más ni menos. De ahí al hospital, donde le provocaron el vómito varias veces. Cuando se recupere, su amigo le dará el premio de la apuesta, que no era otro que una invitación al restaurante Brutus de Elche.