Con su polo de color rosa y un jersey al cuello, y su cara de no haber roto nunca un plato, Borja María Arias de Cospedal fue detenido hoy acusado de poner silicona en la flauta travesera de un apoderado de Podemos en un colegio electoral de Carolinas Altas.
El joven prosistema ha reconocido los hechos: «O sea, yo solo le he puesto un pegotito de nada, ¿sabes? Es que no dejaba de tocar, ¡jolines! Y cuando se lo he pedido me ha llamado pijo. Y yo no soy eso, ¿sabes?».
Acto seguido ha pedido que le dejaran llamar a «papá» para que «venga y arregle este desafortunado malentendido».