Un crítico gastronómico pidió el pasado domingo una hoja de reclamaciones en la parroquia alicantina de la Virgen del Remedio porque la hostia sagrada que le dieron para comulgar «estaba salada».
El cura de esta iglesia, el padre Isidro Verdú, se quedó estupefacto ante la petición. «Al principio creía que era un broma, pero al ver al hombre insistir y notablemente molesto me di cuenta de que iba en serio», explica el sacerdote.
El gastrónomo, que responde a las iniciales de G. R. Santos y es autor de un blog sobre cocina de vanguardia, esperó al término de la eucaristía y se dirigió a la sacristía para exigir al cura la hoja de reclamaciones por estar la hostia salada de más.
Según relata el párroco, el bloguero también le pidió ver el hostiario para verificar que las otras piezas de pan sin consagrar se encontraban en óptimas condiciones de conservación.
Al parecer, siempre según la versión del cura, el crítico sospechaba que las obleas podrían haber florecido y el moho fuera el origen del sabor «salado» que había notado al comulgar.
El padre Isidro le replicó que nadie más que el párroco de cada templo puede tocar el hostiario y que le garantizaba que el pan ácimo que representa el cuerpo de Cristo estaba en perfectas condiciones.
Ante la negativa a acceder a la caja donde se guardan las hostias y tras asegurarle el cura que en las iglesias no se tienen hojas de reclamaciones, el crítico montó en cólera y anunció que iba a denunciarle por este motivo y que, además, iba a solicitar que se viera obligado a contar con el carné de manipulador de alimentos.
Aunque Don Isidro no dio mucho crédito a las amenazas y lo atribuyó todo a un arrebato del feligrés, al que nunca antes había visto antes ni dado ninguna hostia, su sorpresa fue mayúscula al recibir una semana después una carta de la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) con la copia en la que debía aportar su alegación (que reproducimos ya cumplimentada en la imagen inferior y con los datos personales tachados en negro).
El párroco, tras la contestación, donde sugiere que todo puede responder al interés del bloguero en ganar notoriedad, ha puesto el asunto en manos de la diócesis de Orihuela-Alicante, donde están estudiando ahora este caso que califican como «surrealista» por su «naturaleza inédita«.
Este caso, nunca mejor dicho, es la hostia. Con perdón.