Una bolsa de aire frío, más grande que las caras del Carrefour, entrará en las capas altas de la sociedad atmosférica provocando en la provincia de Alicante un fenómeno inusual y extraordinario: una lluvia de luchadoras de barro.
La Agencia Estatal de Meteorología y la Sociedad Internacional de Female Mud Wrestling recomiendan a los ciudadanos no lavar hoy los coches y estar atentos al cielo para evitar que les caiga encima uno de estos cuerpos, aunque por ser conocedoras de este proceso atmosférico las luchadoras suelen ir en parejas y pertrechadas de paracaídas.
El fenómeno se produce por la evaporación de las luchadoras de barro que practican su deporte en zonas de mucha humedad y elevada condensación de fluzo.
De esta forma, las atletas pringadas de lodo, como ocurre también a veces con las ranas, son absorbidas por las nubes y arrojadas luego en forma de lluvia.
Se calcula que habrá una precipitación de barro con unas seis luchadoras por kilómetro cuadrado y su procedencia será fundamentalmente nórdica.
El Gobierno estudia si las devuelve a su país por considerarlas inmigrantes ilegales o, por el contrario, las acepta como turistas.
Mucha lluvia de barro en Alicante, pero ninguna hasta ahora con luchadoras
No existen precedentes en Alicante de este singular espectáculo natural fruto del cambio climático, si bien es más que conocida la lluvia de barro rojizo, que deja sin posibilidad de practicar la famosa lucha a las luchadoras de medio planeta y los coches hechos una mierda.
Para quienes tuvieran pensado ir a la playa, tranquilidad, pues continuará el calor y la sensación de bochorno porque, por otro lado, sigue la inyección del aire del Sáhara con una jeringa enorme habilitada a tal efecto.
Por otro lado, las empresas de Alicante están siendo este verano especialmente comprensivas con aquellos trabajadores que llegan tarde, ya que el fenómeno literal de «se me han pegado las sábanas» es muy frecuente y lógico por los sudores nocturnos.
Anoche, en la franja litoral no se bajó de los 25 grados en la capital de la provincia, con máximos de humedad del 70% que hacen de la práctica del sexo un peligroso ejercicio de deshidratación.