Que nadie se quede en tierra. Es el objetivo del alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, que ha fletado nada menos que el Air Force One, el avión del presidente de los Estados Unidos, para que puedan volar todos los políticos, asesores y amiguetes que lo deseen a las jornadas de convivencia y promoción turística de las Hogueras que tendrán lugar en Lisboa entre el 27 y el 30 de abril.
«En el viaje a Goteborg, el del Guinness, ya íbamos un pelín apretaditos», recuerda el primer edil, quien ha anunciado esta mañana el visto bueno del gabinete de Donald Trump al alquiler de la nave, con capacidad para más de un centenar de personas.
El alcalde ya ha planificado hasta el reparto de los asientos para el viaje de las Hogueras a Lisboa. El tripartito irá en la zona noble, en el salón donde el presidente suele echar la siesta, con pantallas de plasma que ya quisiera Rajoy. Justo detrás irá la oposición, en un espacio amplio dada la cantidad de ediles que la conforman.
A continuación, en el pasillo más ancho irá sentado, o como pueda, Riquelme, el cocinero de las paellas gigantes. Tras él estará el espacio para las Belleas, con pantallas individuales para ver todas las versiones de «La Bella y La Bestia» o «Pretty Woman», a elegir. A unos metros, la Gestora, con Manolo Jiménez y su tropa tomando mistela.
El recorrido sigue con la estancia dedicada a los asesores, que podrán llevarse a sus parejas y a sus mascotas.
Ya en la zona de la cola de la nave se ubicarán los ediles tránsfugas, Nerea Belmonte y Fernando Sepulcre; vecinos que se quieran apuntar para viajar de gorra y, por último, los cuñados, siendo ésta una zona por la que podrán transitar la práctica totalidad de los pasajeros.
Una vez se aterrice en Lisboa se procederá al montaje de la Hoguera que se plantará en la Plaza del Rossio, inspiradora de nuestra Explanada de España, pero sin tanto colorín, que los portugueses son muy sosainas.