La Policía Nacional de Alicante detuvo esta mañana a Vladimir Dimitri Smirnov, un ciudadano de nacionalidad rusa que reside en el barrio de Carolinas Bajas, al pensar que estaba incomodando a un funcionario de la oficina del Padrón Municipal por ir supuestamente ebrio, cuando en realidad el hombre solo trataba de expresarse en valenciano.
Smirnov, que lleva tres años viviendo en Alicante, comenzó a aprender de manera autodidacta el valenciano. «Vach comensssarr perrr llibros de Ferrrran Torrrrent, però vach vorre querren moll difísols. Aleshorres agafé uns contes per a nenspetits i a poc a poc millorrrr, millorrrr. Crec que mon nivell és ja prrrrou bo, xe coyons», explicó Smirnov tras salir de Comisaría al aclararse el malentendido.
El ruso quiso poner en práctica sus conocimientos de la lengua cooficial de la Comunidad Valenciana en la citada oficina, pero el funcionario que le atendió no entendía nada.
«Me sonaba a ruso lo que me decía. Además, lanzaba unos perdigones que pa qué, casi me ducha. Por eso pensé que estaba bebido y llamé a la Policía. No paraba de repetir y repetir, cada vez más exaltado, algo así como ‘ullllll mon padrrrrrroooooooooó xeeeeeee, astik axí deslarocho, coyons'», declaró a Viscalacant el operario municipal, que acababa de regresar de desayunar a las 12.30 horas.
Tras el desagradable incidente, que ha llegado a oídos del conseller de Valenciano, Vicent Marzà, el funcionario ha sido condenado por el Departament de Preservació de la Llengua a quedar con el ruso para hablar en valenciano una hora diaria sentados en un banco de la plaza temporalmente llamada Calvo Sotelo.
Esta medida, no obstante, no está vista con buenos ojos desde Guanyar Alacant, que ha expresado a través de un comunicado de prensa su temor a que los perdigones del ruso puedan espantar a las palomas, acción castigada con una multa de 210 euros.
Quan eres de l’ètnia dominant mola fer bromes sobre els negres. I know!
A vore quan féu conyetes així de gracioses amb el vostre benvolgut ejjpañó.