Después de una jornada judicial, la de hoy, en la que, por fin y como era de esperar, comenzaron a lanzarse unos a otros la mierda en la que llevan flotando desde hace años, los políticos del Partido Popular de la Comunidad de la era Camps implicados en la trama Gürtel se han reunido y han acordado echarle la culpa de todo a la Maje.
Ni Francisco Camps, ni Ricardo Costa, ni Vicente Rambla, ni Juan Cotino, ni el Opus Dei ni los Legionarios de Cristo. Nada de eso.
La Maje, como experta conspiradora, urdió toda la trama Gürtel («cinturón sin el cual se bajan los pantalones» en el idioma noveldense, de ahí el nombre) de principio a fin. Esta es la nueva versión que sostendrán ante el juez cuando se reanude mañana el juicio.
Aducirán que dieron hoy un triste espectáculo, incriminándose unos a los otros, por puro despecho, al descubrir que la Maje los había seducido a todos y cada uno de ellos, sin que ninguno sospechara que compartían la misma «amiga».
Este vuelco del caso Gürtel dará un respiro a M. Rajoy, que no sabía ya cómo azuzar el problema catalán para desviar la atención pública y mediática del juicio donde la mayoría de los dedos acusadores señalan hacia Francisco Camps, el hombre sobre el que dijo que siempre estaría «detrás, delante o a un lado».
Recordemos ese tierno momento:
De hecho, en la Plaza de Toros, justo detrás de Rajoy se puede ver durante unos instantes a la Maje, que para esas fechas ya controlaba a todos los empresarios de Orange Market y había iniciado los «contactos» con los políticos populares.
Su férrea formación católica y aspecto de niña bien, de corte cospedaliano, le abrió las puertas de la sede de la calle Quart… y de los «corazones» de sus dirigentes.
Quién iba a sospechar que ella estaba casada, que tenía otros amigos especiales y que sus intenciones eran estrictamente económicas. «O sea, una largatona, ¿sabessss? Es muy fuerte», apunta un dirigente popular con un leve chorro de voz.
Fuentes policiales investigan, por otro lado, la posible presencia de la Maje en el hotel de Madrid donde apareció el cadáver de la exalcaldesa de València Rita Barberá.
Nota: Como los colegas de @MalditoBulo tienen que ir aclarando cada dos por tres que nuestras noticias de humor no son noticias reales, quede constancia aquí de que la financiación ilegal del PPCV, aunque aún presunta, parece ser que sí ocurrió, mientras que el resto es todo producto de nuestra calenturienta imaginación.