El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha desvelado en una entrevista concedida a la web de un reconocido centro de reproducción asistida que durante su etapa laboral como registrador de la propiedad en Santa Pola formó parte de las primeras listas de donantes de semen.
La confesión del líder del PP ha revolucionado la provincia de Alicante y también el resto del país, en tanto que cualquier persona nacida a partir de técnicas de inseminación artificial con donantes de semen y que ahora tenga de 30 años en adelante podría ser hijo biológico suyo.
Rajoy ejerció en Santa Pola de registrador de la propiedad desde 1987 hasta 1990, y durante unas semanas tras dejar la política, si bien nunca llegó a vivir en esta localidad alicantina.
Los centros de fertilidad tienen prohibido facilitar los datos de los donantes de semen y de óvulos, aunque estas personas, como ha sido el caso del dirigente popular, están en su derecho de hacer público que lo son o lo fueron en algún momento de su vida.
Del mismo modo, los donantes de semen no tienen acceso a conocer quiénes son las mujeres o parejas destinatarias de su muestra de gametos.
Respecto a la cantidad de veces que lo hizo, Rajoy cree recordar que fueron «tres o cuatro» y su motivación fue altruista y no económica. «Me dieron, mire usted, unos 40 euros cada vez por las molestias del desplazamiento», explica el político en la publicación digital.
La ley estipula un límite para los donantes de semen. Cada hombre estará obligado a dejar de donar cuando a partir de sus espermatozoides se hayan conseguido seis descendientes, teniendo en cuenta los hijos propios que ya tenga, si es el caso.
Esta medida se adoptó para no hacer competencia desleal a los miembros del Opus Dei, a la Familia Real y a Julio Iglesias, entre otros procreadores en serie.
El presidente del Ejecutivo, que en marzo cumplirá 64 años, tiene dos hijos conocidos, Mariano, ya mayor edad, y Juan.
La sorprendente revelación que ha realizado con absoluta naturalidad M. Rajoy en la citada entrevista evidencia que su relación con el plasma viene de lejos.