El gastrojeta de Alicante, como se conoce al individuo lituano que ha sido detenido ya 20 veces desde el pasado noviembre por hacer «simpas» en restaurantes de la ciudad, ha anunciado que inicia una huelga de hambre para que no se le arreste más por las comilonas que se niega a pagar.
Con su imborrable sonrisa en el rostro, probablemente fruto de la ebriedad, pues riega sus copiosas comidas y cenas con whisky, el gastrojeta de Alicante fue arrestado dos veces en la última semana tras intentar marcharse sin pagar en dos céntricos establecimientos de la ciudad.
Las visitas al calabozo de la Comisaría o a la cárcel, donde ha sido enviado ya en dos ocasiones por el juez por estas estafas leves, no parecen molestarle demasiado, seguramente porque allí desayuna, come y cena por la cara, como a él le gusta.
El gorrón lituano, de unos 50 años, con la ya ilusa esperanza de que se lo lleve la ambulancia sin tener que echar mano a la cartera, todavía suele fingir infartos o indisposiciones tirándose al suelo cuando se le reclama que abone el importe de lo consumido.
A lo caro: pan con aceite de oliva
El gastrojeta de Alicante, que no tiene un pelo de tonto, no se corta a la hora de pedir alimentos caros, como por ejemplo pan con aceite de oliva, a sabiendas de que no piensa pedir la cuenta.
Los hosteleros de la ciudad, desesperados ante la impotencia de ver cómo repite impunemente una y otra vez las mismas acciones, barajan acusarle la próxima vez de haberle dado un pico a una camarera. A ver si así ya se crea la suficiente alarma social y la Justicia toma conciencia del problema que supone este sinvergüenza, que bien podría ser el hermano separado al nacer del youtuber Borja Escalona.
