Un turista holandés ha sido multado con 750 euros por permitir que su mascota se bañara en la playa para perros de la Escollera Norte en Dénia cuando ondeaba la bandera roja.
Se trata de la primera sanción que se impone en toda la Comunidad Valenciana a un bañista sin siquiera tocar el agua y en calidad de responsable subsidiario del infractor.
Los hechos tuvieron lugar a finales del pasado mes de junio, cuando Steve Van Deyck acudió a la playa canina dianense para disfrutar de un refrescante paseo con su perro Balou.
Según relata el turista en medios digitales de su país, el mar estaba un poco revuelto «pero tampoco mucho». Aunque trató de disuadir a su mascota para que no entrara al agua, el animal «correteó por la orilla«.
«Había visto otros días a perros bañarse con la misma bandera y no pensé que realmente hubiera peligro, de lo contrario no habría dejado a Balou meterse», explica Van Deyck, quien tiene una segunda residencia en la localidad alicantina y ya ha procedido al pago de la multa a través de Internet.
Cuando había recorrido unos metros, un agente de la Patrulla Canina de Dénia se acercó para informarle de que iba a ser sancionado por permitir el baño a su animal pese a la indicación de la prohibición de entrar al mar debido a las fuertes corrientes.
Van Deyck reconoce que se quedó perplejo, ya que nunca había visto hasta la fecha vigilancia de ningún tipo en la playa para mascotas.
Antes de proceder al abono de la sanción económica, el holandés presentó un recurso ante el Ayuntamiento argumentando que los perros no son capaces de distinguir el color rojo, «y por eso mi perro, que además tiene cada ojo de distinto color, decidió bañarse».
Además, Van Deyck argumentó que él mismo es daltónico (presentó un certificado médico que lo acredita), por lo que tiene dificultad para distinguir el rojo y el verde, los colores de las banderas que prohíben y permiten el baño, respectivamente.
El recurso, sin embargo, fue desestimado sin más y no pudo librarse de la multa.