La Asociación de Psicológos Infantiles de Argentina (APIA) ha recomendado a todos los padres que eviten jugar al «Veo, veo» o al «Adivina, adivinanza» con sus hijos porque estas prácticas «generan mucha ansiedad a los niños».
El colectivo remite a un estudio realizado en varios países sudamericanos por la Agrupación por la Protección del Niño «TravieSOS», en el que diversos menores de distintas edades y nacionalidades fueron sometidos a intensivas jornadas de juego adivinatorio.
Tras varias horas, los pequeños acababan agrediéndose entre sí o tratando de pegar a los adultos que les inducían al juego.
El resultado, por tanto, fue definitivo y contundente: «Tratar de adivinar cosas produce a los más pequeños cuadros severos de estrés«.
Por este motivo, los psicólogos argentinos han sido los primeros en lanzarse a desaconsejar actividades lúdicas de este tipo, que incluirían también el escondite o incluso el pilla-pilla o «tú la llevas».
La Fundación de Teresa Rabal ya ha anunciado que denunciará ante Unicef las recomendaciones de APIA y si es necesario recurrirá ante el Tribunal de la Haya «porque me van a joder el negocio».
«Llevo toda la vida viviendo del ‘Veo, veo’ y ahora querrán que saque canciones nuevas, no te digo yo», apunta la artista, recientemente enviudada.
El informe también recomienda a los padres no comprar a sus hijos juegos que inviten a la competitividad, como por ejemplo el clásico Tragabolas o el Hundir la flota, ya que los niños presentan niveles muy delicados de tolerancia a la derrota y eso, a la larga, «puede crearles complejos de inferioridad y hacer que se conviertan en políticos para reafirmar su autoestima».
El estudio asegura que Donald Trump, Vladimir Putin, Nicolás Maduro, Kim Jong-un o Gabriel Echávarri son algunos ejemplos de gobernantes a los que pasar su infancia sometidos a juegos como los comentados les ha llevado a ser lo que hoy día son.