Los buscadores de setas están de enhorabuena. Ya no es necesario que se vayan al monte, al bosque o a la calle San Francisco para localizarlas. Bien poco van a tener que mover el culo, ya que en Alicante se pueden encontrar ahora hongos de gran tamaño en los bancos de sentarse.
La falta de limpieza y de mantenimiento en lugares públicos, como en las plazas y los parques infantiles, sumada a las abundantes lluvias de las últimas semanas, han sido el caldo de cultivo ideal para la aparición y crecimiento de unas setas subjetivas en los bancos de madera.
Estos ejemplares no son aptos para el consumo humano, puesto que contienen psilocibina, una sustancia psicoactiva cuya ingesta, según los expertos, puede ocasionar alucinaciones y alteraciones sensoriales tales como ver la ciudad limpia y reluciente, al Hércules goleando o creer que los gallos violan a las gallinas.
El equipo de gobierno municipal ha restado importancia a estos brotes y considera que podrían, incluso, abrir una novedosa vía de negocio para la ciudad: el turismo urbano micológico.
Las setas bancarias alicantinas se reproducen a una gran velocidad y tienen una textura sólida y consistente, por lo que es probable que más de una persona crea estar sentada en un banco y, en realidad, lo esté sobre una extensión de hongos.
Viscalacant ha intentado contactar, sin éxito, con la mayor experta y defensora de las setas de Alicante, Sonia Castedo, para conocer su opinión sobre esta nueva especie surgida en la ciudad.
Numerosos jubilados, principales usuarios de los bancos afectados, han empezado a reclamar que las avionetas antilluvias incorporen líquidos fungicidas a las sustancias que dispersan por el cielo para acabar así con la plaga de setas en Alicante.