El abandono de programadores culturales sigue siendo una triste realidad en nuestro país. Cada año se quedan en la cuneta alrededor de 130 responsables teatrales en España, la gran mayoría por falta de presupuesto. Por tal motivo y tras la reciente aparición del director del Teatro Principal de Alicante, Francesc Sanguino, abandonado a su suerte en el arcén de una carretera, la Dirección General de Teatro (DGT) ha puesto en marcha la campaña «Apadrina a un programador teatral».
El verano y las fechas poselectorales son las épocas en las que más dueños se desentienden de sus programadores teatrales. Los dos motivos más frecuentes son el déficit ocasionado por su gestión al cierre de cada temporada o los cambios de gobierno.
El primer caso es el que ha tocado de lleno a Francesc Sanguino, mientras que el segundo fue el que afectó a su predecesora en la dirección del Teatro Principal de Alicante, María Dolores Padilla, hoy edil del PP en el Ayuntamiento.
Por primera vez en la historia del coliseo alicantino, sus propietarios han tumbado las cuentas, en este caso las referidas al ejercicio de 2016, por haber triplicado el déficit.
El PP, con el cinismo y la doble vara de medir que le caracteriza, no ha tenido empacho alguno en lanzarse a la yugular y, por boca de su portavoz municipal, Luis Barcala, pedir la dimisión de Sanguino.
En el otro extremo, Guanyar, único socio del tripartito en salir en defensa del director del teatro, solo habla de excelencia en la programación y arremete contra los populares, sin decir ni pío sobre la pérdida de más de 10.000 espectadores, cifras que sólo es capaz de superar el Hércules en términos de reducción de masa social.
Además, el concejal de Cultura Daniel Simón, que fue quien nombró a Sanguino y es conocido ya como «el abstencionista», optó por la vía de no mojarse en la votación sobre las cuentas, al igual que hicieron sus compañeros de gobierno Gloria Vara (PSOE) y María José Espuch (Compromís).
Está claro que la cultura no puede medirse únicamente por criterios de rentabilidad, pero también es cierto que se ha triplicado el déficit y hablamos en parte de dinero público.
Hay que tener en cuenta también que la Generalitat desprecia e ignora al Teatro Principal de Alicante en sus ayudas, lo que hace complicado cuadrar los números compatibilizándolos con la calidad escénica.
Diríase en este caso, como en tantos otros, que pese a ser el Consell del mismo signo político que nuestro Ayuntamiento, el centralismo valenciano tiene una inexorable querencia a discriminar al sur de la Comunidad.
Si es por un céntimo, ya lo ponemos nosotros. Això ho paguem nosaltres.
Sería deseable que entre todos se hiciera fuerza para garantizar la viabilidad económica y la calidad y variedad escénica en el Principal, dejando de lado el politiqueo y las ideologías.
Quizá de esto se haya dado cuenta en el tiempo que lleva en el puesto Sanguino, que ha ido abriendo un poco la mano respecto de los ideales que abrazó al tomar posesión.
La vida antes de Francesc Sanguino
Puede que los 10.000 espectadores perdidos sean los de no programar algún vodevil casposete de Arturo Fernández, algún concierto de los Gemeliers y alguna obrita sin pretensiones pero con tirón comercial.
A nuestro parecer se han criticado de forma injusta, por comparación con la actual, las programaciones de la etapa de Padilla.
La hoy edil popular supo combinar la calidad teatral con unas cuentas eficientes y buenas cifras de espectadores. Al César lo que es del César.
Entonces había unos días de platos de estrella Michelín y otros tocaba hamburguesas y patatas fritas, por poner un símil gastronómico.
En cambio con Sanguino parece que sólo vale el caviar que, aunque caro y de exquisito sabor, no gusta a todo el mundo.
Daniel Simón declaraba en 2015 que esta nueva etapa prestaría «más atención al teatro alternativo que al comercial» y también se volcaría en igualar el tratamiento entre el castellano y el valenciano en las obras.
A la vista de los datos, la apuesta no ha salido bien. Toca equilibrar lo cualitativo con lo cuantitativo, chatines, aun cuando eso suponga tragar sapos y culebras.
Por último, hacemos un llamamiento para que alguien apadrine al pobre Sanguino, que ha empeñado hasta sus propios zapatos para reducir el déficit.
Mirad en la imagen que encabeza este artículo los ojitos que pone. ¿No os dan ganas de abrazarlo y llevároslo a casa?
Podéis enviar un SMS al 140431 con la palabra «Sanguino» y todo el importe del mismo (2,5 euros) será destinado a reducir el déficit del Principal.