Veganos contra antitaurinos. Podría ser el título de una peli de serie Z, pero no. Se avecina una guerra fratricida sin precedentes. Los veganos han cargado duramente contra los antitaurinos por derramar durante sus protestas innecesariamente la sangre de cientos de remolachas, unas plantas, afirman, «que son seres vivos, al igual que los toros».
El colectivo que rechaza la utilización y consumo de todos los productos y servicios de origen animal arremete así contra los animalistas, a quienes acusan de malgastar litros y litros de un alimento con numerosas propiedades nutritivas y muy beneficioso para la salud.
Esta hortaliza, de la que también se puede consumir las hojas, recuerdan los veganos, ayuda a reducir los altos niveles de presión arterial, mejora el rendimiento físico, combate las inflamaciones y desintoxica el cuerpo, además de ser fuente de minerales y fibra.
Los antitaurinos han recibido esta crítica, como cualquier otra que les llega, como un ataque directo a sus ideales, y han acusado a los veganos, entre los que precisamente se encuentran muchos de los propios animalistas, de «querer obstaculizar nuestra lucha y perpetuar de este modo el sufrimiento, tortura y asesinato de los toros en pleno siglo XXI».
Los veganos han replicado que comparten sus objetivos, pero reclaman que se evite el sacrificio inmerecido de tantas remolachas para hacer jugo de color rojo que simule la sangre de toro en las «performances» con las que suelen finalizar las manifestaciones contra las corridas de toros.
En este punto, los amantes del verde contrarios al desperdicio del rojo han instado a los antitaurinos a usar tinta de bolígrafo rojo, que además tarda más en limpiarse y, por tanto, hará que se recuerde la protesta allá donde se realice.
Tras esta petición, no se hizo esperar la reacción de la Asociación de Amigos del Boli Bic de Color Colorado (AABBCC), indignada por lo que tachan de «atentado contra la escritura tradicional».
En un elogiable intento de conciliación, esta agrupación ha propuesto a los animalistas que, días antes de la protesta programada, se pongan al sol sin usar crema protectora durante varias horas. «Adquirirán el tono deseado en su piel sin manchar ni malgastar nada», aseguran.
La Asociación Española Contra el Cáncer (Aecc) no comparte en absoluto esta medida que, a su juicio, aumentaría notablemente el número de casos de melanomas.
Los antitaurinos han visto en esta advertencia «el interés espurio» de esta asociación, que «lo que en realidad quiere es silenciarnos y garantizarse así la continuidad de las corridas de toros benéficas que se celebran en diversos puntos de la geografía española y les donan la recaudación».
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