El Ayuntamiento de Alicante, cogobernado por el PP y Ciudadanos, ha manifestado que prohibirá a los mendigos pagar con calderilla las multas que se les impongan por dormir o pedir limosna en la calle.
Así lo ha comunicado a través de las redes sociales el alcalde Luis Barcala después de que el primer sintecho sancionado por mendigar en la calle en virtud de la llamada ordenanza de la vergüenza acudiera hoy a las dependencias consistoriales con una pesada bolsa llena de monedas de céntimos con la intención de acogerse a la reducción de la cuantía de la multa por pronto pago.
«Lo exigimos en billetes o con tarjeta de débito o crédito. También nos vale vía Bizum e incluso mediante una transferencia de criptomonedas, pero en moneditas de céntimos bajo ningún concepto, ya que hacen perder el tiempo a los funcionarios municipales contando y sumando», ha señalado el dirigente popular.
Tras la negativa a aceptársele el dinero, el citado mendigo fue con su bolsa de calderilla primero a un banco para que se lo cambiaran en billetes o al menos en monedas de uno o dos euros, y después a varios comercios, pero tanto en la sucursal como en las tiendas se le impidió el acceso porque, según ha declarado, «me decían que quería entrar para robar o que espantaba a la clientela».
Con su harapiento aspecto pero con su dignidad intacta, el indigente regresó a la céntrica calle en la que fue multado por dos empáticos agentes de la Policía Local que duermen bien (y en abrigadas camitas) por las noches, se sentó y rotuló en un cartón: «No me den dinero, solo pido cambio».
Como muchos alicantinos también van a pedir cambio dentro de un año, visto el corazón de los actuales gobernantes de la ciudad.
El bipartito ya prepara un anexo de la Ordenanza Municipal de Convivencia Cívica que incluya que los mendigos tampoco están autorizados a pedir cambio en la vía pública, bajo pena de incautación de las monedas sueltas en su poder que, entonces sí, serán contadas antes de pasar a formar parte de las arcas públicas municipales.