Decenas de pollones alicantinos le petan el móvil a Loles León

Pollones alicantinos Loles León

La actriz y, al parecer, nueva cantante Loles León tiene el móvil colapsado de llamadas procedentes de los propietarios de decenas de pollones alicantinos deseosos de ser comidos. «Estoy petada», asegura.

Los miembros viriles de gran tamaño existentes en Alicante han respondido así a la canción «Qué ganas tengo», donde la que fuera chica Almodóvar expresa repetidamente sus ansias por comerse «un buen pollón alicantino, largo y fino».

Para fina, desde luego, ella:

 

Decenas de colectivos feministas han puesto el grito en el cielo tras escuchar el tema, al considerar que denigra a la mujer convirtiéndola «en un objeto destinado a introducirse falos en la boca«. Eso, a pesar de que especifica que lo hace «por vocación y no por obligación».

Aunque se ha popularizado ahora, el tema tiene al menos dos años de antigüedad. Como prueba, este vídeo del programa televisivo de Mario y Alaska donde la ínclita ya aparece en 2016 entonando el estribillo con el que más se le llena la boca:

Está por ver si las discotecas se atreven a pinchar el «hit» del verano y, sobre todo, quién se atreve a tararearlo.

Por otro lado, el actor Enrique San Francisco ha anunciado su intención de hacer una versión del tema que se titularía «Qué ganas tengo de comerme un buen coño, de Logroño… o de donde sea«.

Admite que está celoso del éxito de su compañera y desea que, al igual que los pollones alicantinos, «los coños estén en boca de todos».

Sin embargo, los mismos colectivos feministas también se han sentido ofendidos, por lo que el actor se ha planteado cambiar coño por almeja o mejillón. «Por hacerlo para todos los públicos y para Twitter, vaya», apunta el cómico.

El impacto del pollón alicantino

Sea como fuere, el éxito de la canción de la Loles, que triunfó en la fiesta del Orgullo LGTBI de este año en Madrid, ha revitalizado estos días el turismo en Alicante.

La fama de los pollones alicantinos ha traspasado, incluso, las fronteras nacionales y en países como Suecia o Alemania se ofrecen ya viajes organizados a la denominada «La tierra de los pollones».

Las tiendas de souvenirs de la ciudad han querido aprovechar el tirón y, raudas y veloces, han personalizado camisetas, tazas, abanicos, postales y otros regalos para turistas con el lema «Alicante, la millor terra del pollón».

Sexólogos consultados por Viscalacant han confirmado que, aunque el tamaño no importa, la letra de la canción de Loles León ha aumentado la autoestima de la población masculina de Alicante.

«Había algunos hombres que dudaban si la tenían demasiado fina, pero ahora han visto que aun así son considerados pollones. No es necesario que sea morcillona», explican desde la ONG Sexo Sin Colesterol.

La música está jugando un papel fundamental en el auge del sexo oral en España, que se ha puesto de moda especialmente desde que la depilación láser llegó a nuestras vidas. Aquí otro digno ejemplo:

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