El PSOE de Alicante ya tiene, por fin, a su esperado mirlo blanco. En realidad, más que blanco, blanquiazul. Se trata de un candidato independiente, con prestigio social y bien conocido en Alicante: el ingeniero y presidente de la Asociación Herculanos Enrique Miguel Tébar Martínez, más conocido como Quique Tébar.
Después de que Ferraz paralizase hace un par de semanas el proceso de primarias en Alicante, a raíz de la polémica por el candidato «independiente» a la Alcaldía propuesto por Ángel Franco, el partido del puño y la rosa ha encontrado al aspirante de consenso que buscaba.
Quique Tébar, alias «El Mestre», atesora un brillante curriculum académico y laboral (ingeniero, doctor, máster…); pese a residir por cuestiones profesionales algunas temporadas fuera de Alicante, está muy implicado en la vida sociocultural, deportiva y festera de la ciudad (barraquer, peregrino, herculano…); y, lo más importante, cuenta con el visto bueno del partido en Alicante, en Valencia (Ximo Puig valora que tenga menos pelo que él), en Madrid y en Budapest.
Según fuentes menos oxidadas que la de Luceros, la designación de Quique Tébar como alcaldable socialista ha dejado descolocado al actual primer edil y próximo candidato del PP, Luis Barcala, quien es consciente de que, ahora sí, tendrá enfrente a un rival electoral potente que incluso sabe valenciano, además de inglés y francés. «Un JASP (Joven Aunque Sobradamente Preparado) que tiene un Máster y sin copiar. Con que le voten los herculanos, ya estamos jodidos», comentan los populares.
Miguel Ángel Pavón y Natxo Bellido se han apresurado a llamar a Tébar para felicitarle, sabedores de que ahora se dibuja sobre el horizonte el escenario de una posible reedición del tripartito, siempre y cuando «el Mestre» no lograse la mayoría absoluta para gobernar en solitario con una lista en la que integrará probablemente a Eva Montesinos y José Asensi, los otros dos aspirantes a ser alcaldables socialistas que ya presentaron los avales antes de congelarse el proceso de primarias.
La incorporación de Tébar a la tan judicializada y siempre ridículamente controvertida vida política alicantina garantiza, al menos, energía limpia y un amor sincero por la ciudad, mucho más de lo que nos hemos encontrado en las papeletas durante las últimas décadas. Y está soltero, señoras.