Anodadada, estupefacta, asombrada, incrédula, impactada, apabullada, desconcertada… Y así podría seguir un buen rato Pedro Piqueras para describir el estado de la protagonista de esta increíble noticia: Un radar de Tráfico ha puesto una multa a una anciana de 88 años que corría para no perder el autobús.
La estrafalaria sanción ha tenido lugar en Alicante cuando María Asunción Corredera Mas, una ama de casa que vive en la Plaza de La Viña, cruzó rápidamente la avenida de Dénia por mitad de la carretera para no perder el autobús.
Tal fue el sprint que hizo la buena mujer (Chon para la familia y amigos) que el radar instalado en la citada vía la fotografió por superar los 50 kilómetros por hora. Toda una gesta para una mujer de su edad… Y para cualquiera.
Expertos en Educación Física de la Universidad de Alicante han asegurado que es toda una proeza, «difícilmente repetible y que se produce solo en casos de extrema necesidad, que es cuando el cuerpo humano reacciona de forma extraordinaria».
La primera multa a una anciana por velocidad a pie en Alicante
«Si perdía el bus, llegaba tarde a casa y tenía las lentejas puestas al fuego. Tarda mucho en pasar y se me habrían quemado, por eso corrí tanto», ha explicado María Asunción, cuyos nietos ahora la llaman sarcásticamente Chon Bolt.
«Da buenas zancadas, desde luego. Apunta maneras esa mujer», afirman los portavoces de varios grupos de running de Alicante interesados en ficharla.
Corredera asegura que nunca ha sido una mujer de practicar ejercicio, pero «nunca es tarde si la dicha es buena».
«Eso sí, han sido las lentejas más caras del mundo porque además de la multa del radar, que asciende a 300 euros, me han sancionado con otros 150 por cruzar la carretera por donde no debía«, se lamenta la alicantina.
No fue su mejor día, desde luego, pues llegó a la parada del autobús justo cuando el conductor cerraba las puertas. «No quiso abrirme pese a darle unos golpecitos en la puerta», recuerda Chon, por lo que «ya que estaba, finalmente me fui corriendo a casa«.
«Llegué un poco quemada, la verdad sea dicha, pero salvé las lentejas. No están mal 16 minutos y 14 segundos desde la avenida de Dénia hasta mi casa, ¿no?», concluye esta nueva atleta, que está preparándose para disputar la Maratón de Nueva York.