El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha revelado hoy que el alcalde de Alicante, Luis Barcala, tuvo un «bonito gesto» al ofrecerle ser uno de los tres Reyes Magos en Alicante este año, invitación que declinó porque no le gusta nada la idea de llevar peluca y, además, había previsión de fuertes vientos para este día. «Una vez me puse una en Carnaval y me irritó tanto la piel que se me cayó el pelo», ha explicado.
Tras esta negativa, el regidor alicantino eligió como sustituto a su compañero de bancada y aspirante del PP a arrebatar a Puig la jefatura del Consell, Carlos Mazón, un hombre polifacético al que no le importa cantar emulando a Julio Iglesias, bailar como un adolescente en TikTok o incluso hacer de Gaspar cuando con él, gracias a su piel zaplanista, se habrían ahorrado el betún de Baltasar y, de paso, hacerle parecer un joven Karl Marx.
Será la de hoy una Cabalgata de Reyes descafeinada (con permiso del tostado natural de Mazón), dado que no habrá lanzamiento de caramelos y regalos, por lo que se espera una menor afluencia de señoras con paraguas, gente de la zona norte en chándal y padres ultramotivados y dispuestos a protagonizar una versión alicantina de «El Juego del Calamar» pero con baratijas y golosinas publicitarias como recompensa.
Los Reyes Magos han llegado esta tarde a Alicante en barco. A su paso por el Puerto, un tal Sergio Macario, eterno aspirante a vivir de la tontería en las redes sociales, se ha lanzado otra vez al agua, sin que nadie le haya hecho el menor caso, como suele ocurrir.
Otro clásico de estas fechas es la denuncia de turno de Afroféminas, colectivo que ha insistido un año más en el ‘racismo institucional’ de pintar a Baltasar de negro en lugar de usar a uno de verdad, como Mazón, y cuyas integrantes, integrantas e integristas han añadido, como novedad, la petición de que las mujeres que encarnan a los pajes reales sean denominadas «las pajeras de los Reyes Magos».