31 de octubre de 2078. Acontecimiento histórico en Alicante. La Reina Leonor ha aprovechado la celebración de su 73 aniversario para realizar en el Castillo de Santa Bárbara la lectura pública del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), recién aprobado días atrás por el gobierno municipal.
La presencia de la monarca española ha sido excepcional, ya que sus problemas de cadera han reducido en los últimos tiempos sus salidas del Palacio de la Zarzuela, pero la ocasión bien lo merecía.
Y es que la ciudad de Alicante cuenta, 91 años después, que se dice pronto, con un nuevo documento de modelo urbanístico, dejando atrás el de finales de los lejanos años 80 del pasado siglo.
Décadas y décadas de parches han llevado a Alicante a convertirse en un auténtica ciudad Frankenstein al albur, todavía hoy, de los intereses del holding Herederos de Enrique Ortiz.
La aprobación del nuevo PGOU de Alicante podría conllevar la próxima finalización de la Vía Parque, la conexión ferroviaria con el aeropuerto de Alicante-Elche-El Altet (nombre que recibe el aeródromo desde que la pedanía ilicitana lograra la independencia en el año 2049) y la todavía esperada instalacion de Ikea en Rabasa, entre otros proyectos atrapados en el eterno día de la marmota.
El alcalde de Alicante, el cosmosexual Miguela Carmeno Barcalo Belmonta, nieto del que fuera primer edil de la ciudad a finales de la década de los 10, Luis Barcala, y de la concejala no adscrita Nerea Belmonte, ha subrayado que su coalición de gobierno, Ciudadanos Populares Podemos Ser Socialistas (CPPSS), ha sido «capaz de romper, por fin, con la dinámica de tantos años de estancamiento político».
El regidor alicantino ha realizado estas declaraciones tras salir del ascensor del Castillo de Santa Bárbara, donde se quedó atrapado durante una hora debido a una avería, en compañía de Ángel Franco, quien a sus 133 años sigue moviendo los hilos del socialismo alicantino. Hay cosas que nunca cambian en la terreta.