Muchos conocen el refrán que dice que «rectificar es de sabios», pero pocos saben que forma parte de una sentencia más amplia del poeta británico Alexander Pope, que defiende que «errar es humano, perdonar es divino y rectificar es de sabios».
Aunque a ningún alicantino le vamos a descubrir a estas alturas que la suya es históricamente una ciudad rectificada, donde los parches se presentan como solución para la mayoría de los problemas que la aquejan, durante este mes de diciembre estamos asistiendo a una concentración inusitada de «sabiduría».
Vayamos por partes. 29 de noviembre. El concejal de Fiestas, Manuelo Jiménez, informaba de que este año no habría mascletà en Nochevieja, justificando la decisión en que «ese dinero» se iba a invertir en más actividades infantiles y para estudiar el estado de la Plaza de los Luceros.
Ese mismo día, el flamante y de flamígero pasado nuevo edil ya anticipaba que habría un retraso en el encendido de las luces navideñas por «problemas burocráticos y administrativos».
Como todos ya sabemos, la instalación del alumbrado ha sido un fiasco al producirse muy tarde y malamente, tra trá. El propio alcalde, Grinch Barcala, al constatar las quejas de muchos ciudadanos y comerciantes, pidió primero disculpas y consideró adecuado «sacrificar» al cabeza de turco de turno (el técnico de la cosa en este caso) para tratar de apagar (¡ups!) la polémica.
Pero, como suele ocurrirle siempre por Navidad, al primer edil le crecen los elfos. Recuérdese su famosa frase «quien quiera una foto con Papá Noel, que la pague», con la que justificaba la prohibición de inmortalizarse junto a Santa Claus con el móvil y que fue «ilustrada» al día siguiente con esta entrañable imagen en el Información:
Por supuesto, Barcala ejerció la sabiduría del refrán y se la tuvo que envainar en la que fue su primera crisis de imagen con la vara de mando.
Volviendo a la actualidad, lo que antaño él y los suyos afeaban al anterior gobierno municipal, lo han reproducido ellos ahora, y además amplificado, puesto que Alicante ha salido hasta en los telediarios por su «cutre» despliegue luminoso navideño.
¿Cómo arreglamos este desaguisado?, se preguntan en el bipartito. Reunión de asesores al canto y solución: sujétame el cubata. Pues hagamos ruido, así que donde dijimos digo, decimos «pim, pam, pum» y ahora anunciamos no solo una mascletà en fin de año, sino también otra el 4 de enero como previa de Reyes, a cargo de la ídem Martí.
¿Y Luceros? ¿Qué pasa con la fuente? Que la parta en dos un petardo, si hace falta. Pan y circo para la plebe.
Pero bueno, si la marcha de atrás de Barcala es de manual y parecía que difícilmente se podía superar, allá que llega Juan Carlos Ramírez y se marca un triple salto mortal con tirabuzón en el Hércules Club de Fútbol.
A pesar de la triste marcha deportiva y la imagen que da el equipo, al club no se le ocurre otra idea que hacer pasar por caja a los abonados para el partido de Copa ante el Recreativo de Huelva. Primera pirueta.
La estoica afición herculana estalla (dentro y fuera de las redes sociales esta vez) y decide plantarse. La presión social hace que el consejo de administración recule un poco y ofrezca, en una suerte de infantil chantaje, que quienes acudan pagando al citado partido accedan gratis al siguiente «si es que lo hay». Segunda pirueta.
OFICIAL (y nada caballero) Reunido el consejo de administración, atendiendo a sus cojones morenos, se ha tomado la decisión de que todos los abonados que acudan al partido ante el @recreoficial accedan de manera gratuita a los partidos de Champions, si alguna vez los hubiera. https://t.co/NlOqvM1Ux3
— Viscalacant (@ViscalacantWeb) December 13, 2019
La tomadura de pelo no hace otra cosa que calentar más los ánimos del personal, hasta el punto de que la venta de entradas es paupérrima, se comenta que no llega ni al centenar.
Y entonces es cuando el Hércules, en un «sujétame el cubata» para la historia, decide a escasas horas del partido ofrecer la entrada gratuita a los abonados, para evitarse así el ridículo de jugar con unas gradas vacías. Ríete tú de Simone Biles. Y Ramírez se queda… tan ancho, tú.
Decía hace un tiempo en un artículo José Antonio Zarzalejos que «la rectificación sólo demuestra sabiduría cuando no es forzada por las circunstancias, sino intelectualmente libre».
Una sentencia que desde Viscalacant compartimos al 100% y que nos lleva a pedir, tanto a nuestros gobernantes como a los accionistas del Hércules, que dejen de tratar a los alicantinos como si fuéramos imbéciles.
Barcala, Ramírez y demás comparsa, apunten esto: «Rectificar es de sabios y aceptamos barco (aunque sea de Ortiz). Pero rectificar sobre rectificaciones es de necios».
Tenemos lo que nos merecemos un hércules con un ortiz, con actuaciones mafiosas, con su famosa frase para la posteridad, » soy la polla insaciable» mientras compartía viagra con el del sabadell en su barco y unas amigas, así como el pp en sus etapas al gobierno de la ciudad, dando el hércules buque insignia al ortiz, así como que fuese él, el que organizase los pau de la ciudad a su beneficio, y su quehacer en la «limpieza» de Alicante, que más bien es en lo económico literalmente, porque en lo real no puedes estar más sucia desde décadas toda la ciudad, siendo una pocilga maloliente, sin hablar de las zonas de ocio, donde es imposible distinguir la calle de un urinario.