Duelo de megalomanías. El alcalde de Vigo, Abel Caballero (PSOE), ha lanzado un órdago al Ayuntamiento de Alicante al anunciar que instalará en su ciudad un belén gigante «todavía más grande» que el planteado por el concejal de Fiestas alicantino, Manuel Jiménez (PP).
La noticia ha sentado como un jarro de agua fría en el gobierno bipartito del Consistorio alicantino, ya que es de sobra conocida la capacidad del regidor vigués para acometer en su ciudad acciones de gran calado popular y mediático, como las luces navideñas que en los últimos años han colocado a esta localidad gallega en el mapa mundial por su espectacular despliegue.
De hecho, este pasado mes de agosto ya comenzó en Vigo la instalación del alumbrado navideño, conformado por diez millones de bombillas led y un presupuesto de 800.000 euros.
A este factor de anticipación se refirió Caballero al avanzar hoy su idea de competir en magnitud con el Nacimiento alicantino: «Más les vale ponerse las pilas porque, si les pasa como el año pasado con las luces, su belén gigante estará montado para San Valentín y no antes».
Un dardo envenenado que se suma a las duras críticas que la iniciativa del concejal-de-Fiestas-que-no-hay-pero-ahí-sigue-cobrando ha cosechado entre los grupos de la oposición, que consideran innecesario a todas luces gastar 134.000 euros del erario público en un belén mastodóntico, sobre todo habida cuenta de la situación de emergencia social que estamos viviendo.
Si la idea de Jiménez es que la figura de San José mida como mínimo 15 metros y el resto vayan en proporcional consonancia, Caballero ha asegurado que las suyas serán «vigger» (juego de palabras entre el nombre de Vigo y bigger -más grande en inglés-), sumándole «unos cuantos centímetros más a los cuernos», sin especificar si se refería al esposo de la Virgen María o al buey del pesebre.
Manuelo Jiménez trata ahora de demostrar que él la tiene más grande (la idea) y fuentes próximas a su círculo más íntimo han desvelado que tiene pensado celebrar en Alicante (redoble de tambores)… una gran feria del marisco gallego en plenas fiestas navideñas, con la novedad de que se servirían gratis raciones de un calamar gigante aparecido en la orilla de la Albufereta y que ha sido congelado para la ocasión.
La guerra está servida. ¿Quién logrará el Guinness al político mejor pagado por sus delirantes ocurrencias? ¿El destellante socialista o el popular festero de cartón piedra?
Abajo, el calamar gigante y arriba, Manuelo Jiménez, artífice de la idea del Belén gigante de Alicante. Ambos dan para mucho.