Los narcos y camellos cobrarán por las bolsitas de plástico de las drogas

bolsas de plástico de las drogas

Los narcotraficantes y camellos de poca monta han anunciado, a través de un comunicado dirigido a los principales medios de comunicación de España, que a partir de ahora cobrarán a sus clientes por las bolsas de plástico en las que dispensan las drogas.

Esta decisión responde a la «sensibilidad» de este sector sobre los «efectos tan nocivos que el plástico está generando al medio ambiente».

Consciente de que la Unión Europea prohibirá las pajitas y los cubiertos de plástico de un solo uso para reducir unos residuos que suponen el 85% de la basura vertida al mar, la industria del estupefaciente quiere aportar su «gramito de arena», por lo que desde ahora comercializará por defecto la droga en polvo en fardos y/o bolsas de tela no transpirable.

«Quien quiera plástico, que al menos lo tenga que pagar. Eso disuadirá a los compradores de usar este material tan perjudicial para nuestro planeta y que, incluso, llega a nuestro organismo a través de los alimentos del mar, poniendo así en serio riesgo nuestra salud«, afirma en la nota el portavoz de los narcos, Perico de los Peyotes.

«Eso es no saber lo que le estamos metiendo a nuestro cuerpo«, subraya el representante de la asociación, quien confiesa no entender el porqué de «tanta dependencia del plástico».

Las papelinas de cocaína a partir de ahora serán siempre de papel reciclado ecológico y natural. «La perfecta conservación del producto, desde su elaboración sometida a los más estrictos controles de calidad y hasta que acaba en las narices de nuestros clientes, es una de nuestras aspiraciones», afirman los capos de la droga.

Los consumidores de cristal, por su parte, serán advertidos de que no deben tirar las sobras en los contenedores verdes, puesto que estos están destinados únicamente al vidrio, sino en los grises.

«Haremos una campaña de promoción que va a enganchar a la gente«, sostiene el comunicado.

Los expertos calculan que todas estas medidas supondrán una notable reducción de la huella plástica en guetos y suburbios, colectivos artísticos y culturales, ocio nocturno, pequeñas, medianas y grandes empresas, y círculos políticos, entre otros sectores.

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