La aventura imaginada por Julio Verne en su novela «Viaje al centro de la Tierra», publicada en 1864, se intentará llevar a cabo 158 años después en Alicante, aprovechando los socavones que hay en el asfalto de la calle Gerona.
Un profesor alemán de mineralogía llamado Otto Lidenbrock, su sobrino Axel y un guía llamado Hans descubrieron durante su estancia en la ciudad, al pasar con su coche por esa céntrica vía, la gran profundidad de esos agujeros.
Fue en ese momento cuando decidieron emprender el viaje a las profundidades del planeta, aprovechando las parcheadas simas con la que se encontraron en Alicante.
«Eso no son baches, son pozos con solera que permiten la espeleología», asegura Lidenbrock, quien duda entre iniciar el descenso ya o esperar a que los maltrechos amortiguadores de los coches que a diario pasan por la calle Gerona sigan horadando los agujeros unos cuantos metros más.
Los niños piden a sus padres pasar por ahí porque lo consideran una atracción de feria. Se ríen tanto con los bruscos saltos del coche que ni reparan en los amables recuerdos que a bramido limpio sus progenitores dedican al Ayuntamiento.
No son, ni muchísimo menos, los únicos hoyos presentes en las carreteras urbanas de Alicante, pero sí unos de los hundimientos del firme más pronunciados. Tanto es así que hay productoras de cine que han pedido rodar allí escenas de películas basadas en la guerra de Ucrania.
El área de Infraestructuras liderada por el concejal José Ramón González finalizó en enero de 2021 una campaña de asfaltado con un presupuesto de más de 3 millones de euros.
El edil se mostró muy satisfecho con esta operación que «ha llegado a algunas de las céntricas avenidas de la ciudad que llevaban varias décadas sin repararse».
Sin duda se les debió de olvidar la calle Gerona y muchas otras calzadas alicantinas. Eso, o las 36.970 toneladas de mezcla bituminosa en caliente de asfalto que dijeron haber utilizado tenían la misma consistencia que el suelo de los parques infantiles de la ciudad, que lucen más calvas que la testa de Jada Pinkett Smith (chiste patrocinado por el efecto Streisand).