Numerosos alicantinos han asistido hoy boquiabiertos a una escena inédita al presenciar la inesperada llegada a la Plaza del Ayuntamiento de una paloma de media tonelada de peso dispuesta a fecundar a la Virgen María del Belén Gigante de Alicante.
Al parecer, el ave ha sobrevolado la zona con la intención de plantar su semilla en la figura de María al observar que tras dos días aún no había Niño Jesús, según la versión de los ornitólogos católicos consultados por este medio.
La señora de Alicante que todo el mundo (menos la Policía) ha visto desde hace años por el centro de la ciudad alimentando a diario a las palomas, al enterarse de la presencia de este ejemplar gigante, acudió al lugar rauda, veloz y pertrechada con 16 barras de pan y 12 paquetes de arroz de los que el animal dio cuenta en apenas 5 minutos.
Tras reponer energía con tales viandas, el pichón se dispuso a ejecutar la misión para la que vino, lanzando un enorme chorro de «luz» que acabó dejando las dos figuras de esta guisa:
Por suerte, la lluvia caída por la tarde limpió la capa blanca que dejó la tórtola, que tras completar su tarea emprendió el vuelo y se elevó hasta que se perdió su figura en el cielo.
Eso sí, no sin antes dejar caer una cagada de varios kilos que fue a parar a algún punto indeterminado de una ciudad donde, como está todo hecho una mierda, habrá pasado totalmente desapercibida.
Los expertos antes citados calculan que tras la inmaculada concepción ocurrida esta mañana es probable que esta próxima madrugada se complete la Sagrada Familia con el milagroso alumbramiento en Alicante de un precioso Niño Jesús que, a juzgar por el tamaño de la paloma, medirá en torno a 3,5 metros.
El concejal de Récords Guinness de Alicante, Manuelo Jiménez, ha señalado que la llegada de la paloma no estaba prevista en absoluto, «pero dará mucho más eco mediático a la ciudad, que es lo que buscamos».