Rita Bosaho ha lanzado ya sus primeras iniciativas como flamante nueva directora general de Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial del Ministerio de Igualdad después de que la concejala del Ayuntamiento de Gijón Alba González renunciase a ese cargo al darse cuenta, tras 48 horas en el mismo, de que es blanca.
A diferencia de su etapa como diputada por Alicante, donde su actividad parlamentaria e interés por la provincia que representaba fueran prácticamente nulos, Bosaho se ha mostrado muy activa en sus primeras horas al frente de su nuevo cargo público.
Tras anunciar, en la línea de sus ataques a la Cabalgata de los Reyes Magos de Alcoy, que piensa luchar para eliminar los disfraces de negros, la ecuatoguineana ha centrado su próximo objetivo en las galletas Oreo, que tacha igualmente de «racistas» porque desde la propia marca «se promueve que la gente separe las galletas negras para lamer lo blanco, que se da a entender que es lo bueno».
«Es un claro caso de apartheid, que en la lengua afrikáans significa ‘separación'», sostiene la política morada, negra y «racializada».
Otra de las habituales campañas publicitarias de Oreo, apunta esta carga pública de Unidas Podemos, anima a los consumidores a mojar las galletas negras en leche para de este modo «blanquearlas» antes de comérselas.
Por si fuera poco, añade la que en 2015 se convirtió en primera diputada negra de la historia en España, hace un tiempo se lanzó al mercado una versión de Oreo recubierta de chocolate blanco, con lo que lo negro «queda ya absolutamente escondido».
Kraft Foods, la empresa fabricante de Oreo, que en 2012 cumplió 100 años de historia y es la galleta favorita en el mundo y la más vendida del siglo XXI, todavía no se ha pronunciado sobre la petición de boicot a su producto por parte del Gobierno español representado en la figura de la activista de Unidas Podemos.
Fotomontaje superior elaborado a partir de una imagen de Alicante Plaza.
