Fernando Simón dice ahora que evitemos el saludo del codo

El ya famoso saludo con el codo para evitar contagios de coronavirus tampoco es seguro. Así lo ha manifestado hoy el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, quien ha explicado que «desde el principio hemos insistido hasta la saciedad que, cuando no se dispone de un pañuelo, la gente debe estornudar en su codo flexionado, por lo que es el lugar menos indicado para entrar luego contacto con otra persona».

Además, muchas personas están usando este saludo del codo cuando no llevan mascarilla puesta, por lo que «cada saludador se está situando a menos de metro y medio del otro», apunta.

El epidemiólogo ha hecho hincapié en que este supuesto saludo anticoronavirus, además de resultar «forzado y yo diría que hasta un poco ridículo», puede llegar a generar contagios, especialmente «si se hace con alguien que tiende a empinar el codo, ya que el virus iría bajando por el antebrazo hasta acabar en las manos».

Simón también ha apuntado que hay otro colectivo especialmente propenso a contraer y/o contagiar el virus por esta vía: los empollones.

Según el doctor, los estudiantes más aplicados corren más peligro que otros «al hincar el codo a menudo y en superficies de lugares muy dispares, pero habitualmente bastante frecuentados, como pueden ser las bibliotecas públicas o las cafeterías».

Con el fin de evitar conductas de riesgo, Fernando Simón ha sugerido una forma absolutamente segura de saludarse, sin contacto físico y guardando siempre la distancia de seguridad. Se trataría de pronunciar el típico «hey, qué tal vida», que se contestaría con el no menos recurrente «pues nada, ahí vamos, tirando«.

El médico más famoso en España desde el confinamiento también ha querido denunciar una práctica de altísimo peligro detectada entre algunos futbolistas que, al término de sus partidos, están intercambiándose las mascarillas con los colores de sus equipos por ser estas más baratas que las camisetas que tradicionalmente se pasan unos a otros como gesto de deportividad.

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