Los daños del último temporal en la cosecha de la uva de mesa del Vinalopó obligarán este año a tomar 6 uvas, en lugar de 12, durante las campanadas de Nochevieja.
Este cambio en la tradicional costumbre se debe a los destrozos ocasionados por la fuerte tormenta de lluvia y granizo de esta semana, que ha malogrado las plantaciones y las uvas que estaban en pleno proceso de maduración o recolección.
Las mallas metálicas que protegen a la uva de mesa no soportaron el viento huracanado ni el peso del agua y el pedrisco, y acabaron aplastando las parras. Las pérdidas son millonarias.
Los relojeros de la Puerta del Sol han sido avisados de esta circunstancia coyuntural y trabajan ya en la reconfiguración del carrillón.
Después de celebrar el pasado fin de año sus 150 años de historia, el popular Reloj de Gobernación sonará la mitad de veces esta próxima Nochevieja de manera excepcional. Habrá sólo dos cuartos, que se llamarán dos mitades, y seis toques de campanadas.
El presidente de la Federación de Plantadores de Uva para las Campanadas, José Miguel Palazón, ha señalado que se trata de «una medida especial y transitoria», a consecuencia de la catástrofe vivida y que «la intención es recuperar, si todo va bien, las clásicas 12 campanadas para la Nochevieja de 2019«.
Algunos consumidores ya han expresado en las redes sociales su profundo malestar con este cambio, mientras que otros lo han considerado positivo.
Los partidarios de las 6 uvas aseguran que así se reducen a la mitad las posibilidades de atragantamiento, así como de los habituales errores de los presentadores televisivos al retransmitir las campanadas.
Los detractores de las 6 uvas, por su parte, cuentan entre sus sólidos argumentos con que habrá menos tiempo de ver en paños menores a Cristina Pedroche. «Hacernos eso es tener muy mala uva», afirma uno de ellos en Twitter.