Hacienda ha demorado mucho su respuesta a la oferta del Hércules, pero no era para menos. El fisco ha lanzado una auténtica bomba sobre la provincia de Alicante al anunciar que el Hércules y el Elche solo tienen una única vía de supervivencia: fusionarse.
El comunicado del Ministerio que dirige Cristóbal Montoro ha provocado una ola de indignación entre los clubes y las parroquias de ambos equipos, que consideran la solución propuesta toda una afrenta.
Hacienda ya contaba con ello y, por ese mismo motivo, ha elaborado un argumentario para tratar de convencer a las dos entidades y sus respectivas masas sociales.
El primer punto, y el más fundamental, es la viabilidad económica. El documento que se ha hecho llegar a las oficinas del Rico Pérez y del Martínez Valero incide en que las deudas pendientes de ambas entidades solo podrían saldarse en caso de fusión.
Apelando a que la unión hace la fuerza, el Ministerio considera que, aprovechando que las circunstancias deportivas han querido que ambos equipos militen la próxima temporada en la misma categoría, la opción de unir los presupuestos, las aficiones y las vías de ingresos es la única alternativa posible con la que garantizar una mínima viabilidad en Segunda B.
El segundo punto recae en el hecho de que el hoy presidente del Hércules, Juan Carlos Ramírez, fue directivo del eterno rival, y el presunto máximo accionista del club alicantino, Enrique Ortiz, ya mostró su interés en comprar el club ilicitano. Los mandatarios franjiverdes se repartirían vicepresidencias y demás cargos.
El tercer factor es que las aficiones no se pueden ni ver, pero «del odio al amor solo hay un paso«, apunta el fisco, «máxime cuando la vida te va en ello y además tienes a un tercero como enemigo común (en alusión al Cádiz, que frustró el año pasado el ascenso herculano y ha certificado esta temporada el descenso de los franjiverdes)».
La cuarta ventaja, apunta Hacienda, es la de poder configurar, con los jugadores renovados de cada plantilla, un equipo bastante potente con el que realizar una buena temporada y aspirar a volver a la división de plata, algo que por separado se antoja complicado.
Los inconvenientes de la fusión, añaden, son todos «emocionales y no racionales«. Las historias de dos clubes históricos, vecinos y rivales, confluirían por primera vez en el fútbol español, lo que atraería sin duda a numerosos patrocinadores y captaría la atención mediática que tanto escasea en Segunda B, señalan desde Hacienda.
En cuanto al campo, los partidos locales podrían alternarse en uno y otro estadio, en lo que sería, a juicio del departamento de Montoro, un ejercicio de vertebración provincial positivo y sin precedentes.
El nombre del club resultante podría ser Herculelche o Elchércules, algo que sería sometido a votación entre los abonados de ambas entidades. Los gritos de ánimo, muy parecidos, se usarían indistintamente: Mucho Elchércules o Macho Herculelche.
Fran Navarro y El Niño de Elche se encargarían de grabar un nuevo himno cantado a dúo.
Además, el ministro en persona ha avanzado que marcas como Nike o Adidas han mostrado su interés en realizar una equipación que fusione las idiosincrasias y los colores del Hércules y del Elche.
En el hipotético caso de que los clubes rechacen la fusión, el equipo de diseño gráfico de Hacienda ha elaborado los nuevos escudos que deberán usar como condición sine qua non los dos clubes hasta que logren saldar sus cuentas. Aparecen en la imagen que encabeza este artículo.
Claro que si… Se podría jugar los MIÉRCOLES en el AEROPUERTO… Jajaja que CRACKS
No le veo la gracia a esta publicación absurda
Pues no la leas, qué quieres que te digamos.