Pensábamos hasta ahora que la jacaranda, posiblemente el ser vivo inerte más detestado de Alicante después de Enrique Ortiz, solo era una especie sucia e incómoda de tener en tu calle, pero una investigación científica ha revelado que su origen no es americano, como se creía, sino extraterrestre.
Decíamos que sí, que queda en los árboles muy bonito el color amarillo o violeta de sus flores, pero vaya mierda de suelo y de coche pegajoso que nos deja todos los años por estas fechas cuando un pulgón las ataca, convirtiéndolas en una especie de resina.
Entonces nos acordamos todos con muchísimo cariño del ex alcalde Luis Díaz Alperi, pero no por hablar de un pulgón, sino porque bajo sus fructíferos mandatos al frente del Ayuntamiento de Alicante se pobló la ciudad de mayoría absoluta de estos simpáticos arbolitos.
Pues bien, la investigación realizada por el prestigioso Instituto de Estudios con Salida asegura que de no ser por ese pulgón, la plaga afectaría a la raza humana.
De hecho, según ha podido saber en exclusiva Viscalacant, ya se ha producido en nuestra ciudad un caso de contaminación por ingestión accidental que ha derivado en una horrible metamorfosis.
Se trata del caso de Neizan G. B., un niño de tan solo 6 años que, tras recibir en el cole un DVD de la Guerra Civil como premio por saber sumar y restar bien, fue agasajado por sus padres con una tarde de columpios.
El parque al que acudieron, situado en un barrio próximo a la costa que no especificaremos para que no cunda el pánico, estaba lleno de jacarandas, pero sorprendentemente el pulgón no había actuado aún sobre sus flores.
Cuando Neizan estaba comiéndose el bocata de la merienda, una florecilla sana cayó sobre el pan y en el siguiente bocado se la comió sin darse cuenta siquiera.
Lo que sucedió a continuación es más propio de una película de ciencia-ficción y lo contamos tal cual nos lo narraron testigos directos del suceso.
El pequeño empezó a vomitar lilas y a generar en sus manos una pasta viscosa y adhesiva del mismo color violeta de la jacaranda.
Asustado, comenzó a correr calle arriba, mientras los conductores de los coches que se cruzaban con él le miraban estupefactos.
Uno de ellos, que iba al volante con el móvil en la mano, llegó a hacerle una escalofriante fotografía en plena metamorfosis a la que hemos tenido acceso:
Cuando se detuvo, toda su piel comenzó a adquirir ese tono frío, ante la lógica desesperación de sus padres, que no sabían cómo quitarle de encima aquella cosa asquerosa.
Al cabo de los minutos, la capa grasienta le cubría todo el cuerpo y, transcurrida una hora, había convertido al niño en una masa amorfa y sin reacción alguna, muy parecida al blandiblú con el que jugábamos de pequeños (ver imagen que encabeza el artículo).
Los científicos están tratando de averiguar ahora si el proceso es reversible o si se talan los árboles para cortar el problema, nunca mejor dicho, de raíz. También trabajan para salvar al niño, claro.
Yo llevo años intentando que los quiten de mi calle y lo más que he conseguido es que el técnico se enfade y ahora ni los pode ¿Qué se puede hacer?
Excepto por la mención a Enrique Ortiz , suscribo tu artículo , debemos acabar con este árbol ya y que se trasplante a los parques , #alicante
Ahora me cuadran las cosas