Los habitantes de Dénia están todavía que no se lo creen. La Real Academia de la Lengua Española (RAE) ha aceptado la petición de un dianense para que el nombre del municipio sea sinónimo de Dios. La solicitud se fundamenta en el uso «habitual y frecuente» por parte de numerosos españoles de la fórmula «Me cago en Dénia» (en valenciano «Me caguen en Dénia») para evitar blasfemar.
La Iglesia Católica ha mostrado su estupor y malestar por esta decisión de la RAE al considerar que el motivo es injustificado, recordando que el segundo mandamiento prohíbe usar el nombre de Dios en vano.
Además, añade un comunicado emitido por el Vaticano, los sacerdotes españoles no piensan usar durante sus homilías Dénia para referirse al Señor por parecer un nombre femenino.
División de opiniones entre los vecinos de la localidad de la Marina Alta ante el anuncio de la RAE.
Unos se lo han tomado a cachondeo y esperan que su gentilicio a partir de ahora pueda convalidarse por «dioses«, mientras que otros se han cagado en Dénia al creer que promoverá que más gente defeque «de palabra en nuestra localidad».
Desde el Ayuntamiento han mostrado su respeto sobre la nueva acepción de la RAE y valoran que el impacto mediático repercutirá positivamente sobre el turismo de la ciudad.
De hecho, los más avispados ya están diseñando souvenirs con la frase «Me cago en Dénia», como reproducciones a pequeña escala de váteres, o figuras como flotadores y colchonetas para la playa o la piscina que representan el emoticono de la mierda (ver imagen que encabeza el artículo).
Este último, puesto a la venta ya en una tienda online, está levantando una gran expectación y hay lista de espera por la alta demanda. «No damos abasto, me cago en Dénia«, ha manifestado el empresario que tuvo la idea.
La noticia está traspasando fronteras y en el mundo anglosajón ya han comenzado a utilizar también Dénia en frases de Dios como «God bless you» («Que Dios te bendiga»).
Hay diversas teorías respecto al origen de la expresión «Me cago en Dénia». Una de las más aceptadas es que los hombres que iban antaño a hacer negocios a la ciudad, al volver a sus casas pasaban por el llamado «carrer de les xiques» y allí se dejaban parte de sus ganancias.
Al regresar a sus casas con los bolsillos mermados o vacíos se acordaban escatológicamente de Dénia… Más fino y ecuánime que cagarse en la puta.