Un grupo de prestigiosos investigadores de conducta humana de la Universidad Iván Pavlov (Moscú, Rusia) estudia desde hace meses los motivos de la parálisis que afecta a los conductores cuando hay lluvia en Alicante.
El extraño fenómeno, del que no se tienen referencias documentadas en ningún otro lugar del mundo, hace que en cuanto caen cuatro gotas los conductores se obnubilen y queden paralizados, ocasionando así atascos de tráfico.
En un primer momento los científicos barajaron la teoría de que, al ser tan esporádica la lluvia en Alicante, la gente se quedara atónita ante algo tan inhabitual, pero pronto descartaron esa hipótesis porque las personas que van a pie, lejos de detenerse, aceleran el paso e incluso corren para evitar mojarse.
Los investigadores llegaron a pensar si el vaivén de los limpiaparabrisas podría de algún modo hipnotizar a los conductores, relajando de este modo su nivel de consciencia, o incluso si por algún desconocido motivo los semáforos aumentaban el tiempo de su permanencia en rojo cuando hay lluvia en Alicante. Pero no.
El estudio mecánico de los vehículos en relación al clima también desechó la posibilidad de que los motores se ralentizaran con la humedad, de modo que las pesquisas se dirigieron de lleno a la psicología conductual.
El misterio de los pifostios cuando hay lluvia en Alicante
Llegados a este punto la pregunta seguía siendo: ¿Por qué cuando hay lluvia en Alicante se montan los pifostios que se montan en el tráfico de la ciudad? Después de buscar en el Google Translate la traducción de pifostio, los rusos se quedaron igual.
Ante la previsión de tormentas para la jornada de hoy sábado, y la inestabilidad en el tiempo que se prevé hasta Santa Faz, los científicos moscovitas se han trasladado hasta la terreta para analizar el problema «in situ».
Según ha podido saber en exclusiva Viscalacant, es posible que aprovechen su estancia para intentar descubrir el secreto de otro enigma muy alicantino: ¿Por qué siempre que las previsiones meteorológicas anuncian lluvia en Alicante luce un sol de cojones?
Tampoco descartan resolver otros grandes misterios como el de los techos que se desploman en las tiendas de Mercadona, por qué cuando llueve en Alicante lo que cae es barro, el origen de las constantes averías en los ascensores del Castillo de Santa Bárbara o el motivo por el que los alcaldes y alcaldesas de la ciudad siempre salen ranas.
Trabajo tienen, desde luego, los discípulos de Putin. Menos mal que siempre les quedará la horchata del Peret.