Un neonazi fue hallado inconsciente en la acera de una céntrica calle de Alicante la pasada madrugada después de haber recibido una brutal paliza.
El hombre presentaba numerosos moratones y cortes por toda la cara. Tras su hospitalización se pudo comprobar que también tenía cuatro costillas rotas, dos falanges fracturadas y ambas muñecas dislocadas.
La investigación policial, una vez finalizada la pertinente interrogación a la víctima, determinó que fue el propio skinhead el que se infligió a sí mismo la paliza. El motivo: haberse bronceado de más.
El agredido, natural de Madrid, relató en el hospital a los agentes que vino unos días a Alicante a «cazar» con un grupo de amigos: «Fuimos al Postiguet después de una noche de farra y nos quedamos dormidos en la arena. Yo iba sin camiseta y de la cogorza que llevaba me desperté allí solo a las 12 del mediodía. Cuando me miré en el espejo del hostal comprobé que me había bronceado de más. Parecía sudamericano».
El neonazi explicó que «sabía que mis amigos cuando me vieran iban a darme una paliza por no parecer suficientemente ario, por lo que decidí adelantar el trabajo y comencé a golpearme con violencia». Lo hizo dándose fuertes puñetazos y cabezazos y golpes contra la pared. «Estuve así todo el día, mientras mis compañeros, imagino, estarían por ahí buscándome o cazando», agregó.
Tras doce horas de severa autoagresión, el skinhead cayó inconsciente al suelo. Con tan buena suerte de hacerlo frente a un conocido pub gay de la ciudad, donde le encontraron sus amigos cuando iban en busca de víctimas de su sinrazón.
«Le vimos allí tirado en la puerta y pensamos que era maricón, bien por haber ido allí a follar o por dejar que alguna nenaza le diera una paliza, por lo que nosotros le dimos su merecido», admitió el cabecilla de su banda de cabezas huecas.
El grupo entero, incluido el neonazi bronceado, ha sido arrestado y hoy pasará a disposición judicial.