Más aburrida que Mari Carmen Sánchez durante la pandemia. Así es la renovada Plaza Nueva de Alicante. Es el sentir mayoritario de los vecinos de la zona y de la ciudadanía en general, que ha visto cómo la remodelación de este céntrico espacio ha terminado convirtiéndolo en un montón de hormigón sin atractivo alguno.
La reurbanización integral de la Plaza Nueva de Alicante ha costado cerca de 600.000 euros. En su momento se anunció que el nuevo espacio tendría más zonas verdes y más áreas de descanso. Y sí, descansados se han quedado, pero lo único verde es cómo está poniendo la gente al Ayuntamiento por semejante adefesio. Tiene menos respaldo que los ¿bancos? dispuestos sobre la piedra del ágora.
Pero el bipartito, tan sensible a las críticas, ya sabe cómo acallarlas. Si una de las quejas predominantes es la ausencia de juegos o elementos de entretenimiento infantil, el gobierno municipal, inspirado por las desinteresadas propuestas de la ex regidora Sonia Castedo, que puso como ejemplo de zona revitalizada la ahora conocida como calle de las setas, ya tiene una alternativa.
Luis Barcala sopesa reconvertir la denostada ágora en una réplica de las esculturas del Unko Museum de Japón, que para quien no lo conozca está dedicado a los excrementos. Sería, siguiendo el halo del Belén gigante, una escultura de gran tamaño que representaría al popular emoji de la caca enarbolando una bandera de la ciudad.
Viscalacant ha tenido acceso a la reproducción virtual de cómo quedaría (ver la imagen que encabeza este artículo) y, sin duda alguna, sería un hito turístico que convertiría esta plaza en un lugar de obligado paso y que haría las delicias de los más pequeños.
En el hipotético caso de que esta alternativa tampoco convenza, el equipo de gobierno tiene un plan B: colocar en la Plaza Nueva varios conos y vallas.
El concejal de Infraestructuras, José Ramón González, considera que de esta forma se matarían dos pájaros de un tiro, ya que por un lado evitarían que los skaters se adueñen del «ágora», muy golosa para ellos por sus rampas, y por otro permitiría a los más pequeños jugar a hacer circuitos de pilla-pilla, a modo de entrenamiento deportivo.
¿Cuál de estas dos opciones te gusta más a ti para la Plaza Nueva de Alicante? Esperamos tus comentarios.