El alcalde de Alicante, Luis Barcala, más conocido como Que Así Se Llama, ya ha empatado con su antecesor en el cargo Gabriel Echávarri en despidos «cuñadiles» al haber echado a un trabajador, su ya ex asesor, un tal Redondo, que también es un cuñado. De alguien.
Los alcaldes alicantinos están fuertemente comprometidos con la lucha por la eliminación de la figura del cuñado, ese ser que se bebe tu cerveza, que sabe de todo y que tan pronto se acuesta con tu hermana o hermano como elogia a los tránsfugas.
Barcala ha visto así, a las puertas de las Hogueras, cómo le explotaba en la cara un petardo que ha vuelto a convertir al de Alicante en el Ayuntamiento de traca al que, por desgracia, ya estamos todos acostumbrados.
El alcalde, en un vano intento de atajar la que se le venía encima, despidió al citado asesor tras hacerse público en la prensa que le iba sacando brillo a la concejala tránsfuga Nerea Belmonte, cuyo voto en blanco (¿y en botella?) le dio a él la Alcaldía.
Por si fuera poco, Barcala aseguró haberse enterado el día de antes de que estaba pagando (nada menos que 2.500 pavos al mes) a un tío que se dedicaba a limpiar la imagen de la ex podemita, cuando según lo publicado conocía esos hechos desde hacía más tiempo.
La cosa, como poco, huele rara. En marzo de 2017 Viscalacant ya evidenciaba que Barcala, quien formó parte del equipo de gobierno de Sonia Castedo, era un experto en la materia:
«El concepto de ayer es que es muy relativo. Recordemos la famosa frase de Fray Luis de León ‘como decíamos ayer’, con la que volvió a su cátedra tras cinco años en prisión», se justifica Barcala, que no está cojo pero al que se le ha cogido antes.
El primer edil también dijo que contrató al tal Redondo como cargo de confianza porque él se autopropuso y tenía «muy buenos contactos», un requisito fundamental a todas luces para su tarea de «peinar» la ciudad, o en otras palabras, ir revisando los baches en las aceras y demás desperfectos en las calles.
Para ahorrarse nuevos disgustos, Barcala ha anunciado que de ahora en adelante someterá al polígrafo a los aspirantes a personal de confianza para cerciorarse de que no son protránsfugas y que tampoco hayan dicho nunca haber cobrado en B. Como el PP, mismamente.