Los escándalos en Alicante no descansan y cada uno que surge supera al anterior, por difícil que pueda parecer. Después de hacerse público ayer que en el despacho de la edil de Urbanismo se había hallado parte de un sistema de grabación oculto debajo de un mueble, hoy se ha sabido que el alcalde, Gabriel Echávarri, estaba siendo vigilado por un espía enano escondido en el interior de un armario de su despacho.
Aunque la concejala de Urbanismo y vicealcaldesa, Eva Montesinos, ha afirmado hoy que el dispositivo de grabación encontrado en su despacho era de «autograbación», dirigiendo así todas las sospechas hacia su antecesor en el cargo, Miguel Ángel Pavón, el descubrimiento del espía acondroplásico en la oficina de Echávarri evidencia que el Ayuntamiento está siendo objeto de un espionaje político.
La Policía Nacional ha detenido al miniespía que grababa al líder del minigobierno tras ser sorprendido por un franco-tirador-asesor del primer edil cuando salía sigilosamente de su escondite para realizar sus necesidades.
El arrestado, que portaba un discreto y sofisticado equipo de grabación, como puede verse en la imagen superior, no ha querido desvelar quién le pagaba dos tercios de jornada por pasar 8 horas diarias en el armario grabando a Echávarri.
El agente infiltrado, que aprovechaba su baja estatura para colarse en el edificio consistorial, se ha acogido a su derecho a no declarar y ha mostrado su interés por contratar como abogado al propio alcalde.
«Si no quiere porque anda liado, lo entenderé y se lo pediré a Luis Barcala«, añadió el espía enano, según relataron fuentes municipales.
El alcalde, al que ya se le viene apodando «el avestruz«, todavía no se ha pronunciado. Ni sobre este nuevo episodio, ni tampoco sobre el dispositivo hallado en Urbanismo, pues anda ocupado tuiteando mensajes comerciales de cerveza, gafando al Hércules CF y votando online para que Alicante tenga una casilla en el Monopoly.
Por otro lado, el Gran Circo Alaska se ha marchado a Murcia tras una breve estancia en Alicante despotricando contra la «competencia desleal» que le hace el Ayuntamiento de Alicante. «Aquí es que montamos el circo y nos crecen los políticos», afirma su gerente.
Foto original del fotomontaje: Rafa Molina (Alicante Plaza)