La Santa Faz ha anunciado que realizará de nuevo el Milagro de la Lágrima si finalmente la Subdelegación del Gobierno no permite su salida extraordinaria este próximo jueves 23 de abril.
La reliquia amenaza con llorar fuerte y, en esta ocasión, por el ojo izquierdo en el caso de que no se dé marcha atrás a la denegación del permiso para su bendición a todos los ciudadanos desde el Castillo de Santa Bárbara. Los más devotos ahora no saben si quieren que salga o no.
Este año se ha cumplido el 531 aniversario del Milagro de la Lágrima (exactamente fue 24 horas después del inicio del confinamiento por el estado de alarma) y la ocasión, con la ciudadanía recluida en casa desde hace más de un mes a causa de la pandemia sanitaria por el coronavirus, no puede pintar mejor para una reedición de tan santo llanto.
El alcalde de Alicante, Luis Barcala, no ha encontrado mejor sábana con la que intentar tapar la noticia, coincidente en el tiempo, del amaño del PGOU de la ciudad confesado por Enrique Ortiz, por lo que el primer edil se ha erigido en fervoroso defensor de que la Santa Faz pueda salir.
Lagrimita, aunque esta nada santa, la que se le escaparía a Sonia Castedo cuando se enteró de que su antaño querido amigo y hoy doble corrupto confeso había decidido cantar para intentar evitar la cárcel, dejándola a ella y a su predecesor en la Alcaldía, Luis Díaz Alperi, con el culo al aire y pintadito de azul.
Por otro lado, el concejal de Fiestas y también amigo de la ex alcaldesa, Manuelo Jiménez, ha pedido «por el amor de Dios» que permitan salir a la Santa Faz porque lleva un mandato en el que, entre fiascos, cancelaciones y aplazamientos, su gran labor no está pudiendo brillar como se merece.
Faz Divina, ¡Misericordia!
