El disparate continuo en el que vive Alicante en lo que se refiere a la política municipal ha alcanzado hoy una cota difícilmente superable con la nueva estrategia política de Echávarri, que se ha puesto tetas tras conocerse su imputación por el presunto fraccionamiento de 25 contratos de la Concejalía de Comercio.
El alcalde ha sorprendido a propios y extraños al aparecer en rueda de prensa luciendo extensiones de cabello a lo Sandro Rey y unos exageradamente grandes implantes pectorales que ha mostrado desnudos sin ningún tipo de pudor.
Echávarri ha manifestado poniendo voz de mujer que desea, tras más de dos años de gestión tratando de fingir ser quien no es, que «de una vez por todas los alicantinos y alicantinas conozcan a su alcalde tal cual se siente, sin complejos ni temor a ser juzgado por nada ni por nadie».
Sin embargo, la oposición en bloque y los concejales no adscritos han señalado que la «performance» del primer edil es únicamente una pantomima que tiene como fin «distraer la atención de la opinión pública y de los medios de comunicación para que no se hable de su imputación judicial».
«Está con la toga al cuello«, ha dicho el siempre chisposo portavoz popular Luis Barcala, que ha añadido con la gracia que le caracteriza que «ver a Echávarri ser un hombre dejando el cargo es una di-misión imposible«.
Acto seguido, su compañera de grupo, Mari Carmen de España, ha tarareado la sintonía de la famosa serie y saga fílmica (chan-chan-chanchan-chan-chan-chanchan-chan…) para que sus votantes pillasen el chiste.
En el hipotético caso de que el fin de Echávarri al ponerse las tetas fuera que se hable de otra cosa, lo ha conseguido y con matrícula de honor. De hecho es de lo poco que se ha propuesto esta legislatura y ha sacado adelante.
Las redes sociales, como suele decirse, están que arden con la nueva imagen del alcalde, trending topic mundial y al que ya se rifan para entrevistarle todas las televisiones de España e incluso de otros países como Cataluña.
Mientras tanto, Echávarri achaca a «actitudes claramente retrógradas y discriminatorias» las peticiones de dimisión que ha recibido hoy por parte de los grupos de la oposición y también de Guanyar, su socio en el gobierno, de boca del mismísimo Miguel Ángel Pavón, que ha comparado su caso con el de Nerea Belmonte.
La edil de Podemos expulsada de la coalición, indignadísima con la comparación realizada por el todavía concejal de Urbanismo, ha rechazado haber sido nunca un hombre. «Y menos aún imputado», matizó la de Podemos mientras hacía vudú con un rechoncho muñeco vestido de negro.
Pese al clamor popular pidiendo su renuncia, Echávarri ha asegurado que «no es más que ruido, como el que todo este tiempo ha habido en torno al tripartito» y que no piensa dimitir, básicamente porque «sólo sé conjugar ese verbo en segunda persona del PP».
El primer edil también dijo haber recibido esta mañana una llamada telefónica de la ex alcaldesa Sonia Castedo, pero no pudo escuchar bien lo que le decía porque justo en ese momento el campanario del reloj del Ayuntamiento tocaba a muerto.
La otra pata del tripartito, Natxo Bellido, el único hombre capaz de salir seco de la «Banyà» de Torremanzanas, sigue reunido a estas horas con sus compañeros de Compromís tratando de encontrar una forma de pronunciarse sobre la imputación del alcalde sin que le moleste al socialista ni le parezca pacata a Pavón.
Y ahora di la verdad, ¿te gustan las razones de la nueva estrategia política de Echávarri?