El Hércules CF parece abocado a vivir eternamente en un sainete de terror, ahora por culpa de unos gastos notariales.
Después de que se despejaran los nubarrones del futuro del club al adjudicarse la subasta de acciones el actual presidente, Juan Carlos Ramírez, y su socio Enrique Ortiz, ahora resulta que el primero se ha retirado de la firma de compraventa de los títulos en el último minuto.
El motivo de la fuga del «novio» de la «boda» no es otro que su rechazo a pagar los 75.000 euros que comporta el proceso en cuanto a gastos notariales y procuradores.
Ramírez no quiere pagar ni un céntimo más de los 508.140 euros por los que se adjudicó en subasta el 88% de los títulos, pese a que en las bases se especificaba que esos gastos notariales debían correr de su cuenta. De hecho ya adelantó 25.000 de los 100.000 euros de honorarios antes de la compra.
La afición herculana, bastante hundida anímicamente por la mala marcha deportiva del equipo en lo que llevamos de temporada, se topa ahora con este nuevo jarro de agua fría.
Sin embargo, a grandes males, grandes remedios. El alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, consciente del enorme esfuerzo económico que su amigo el aficionado del Elche ha hecho para salvar al Hércules, le ha propuesto una fórmula con la que mitigar tal dispendio.
Y no es ni romper su hucha de cerdo ni dejar de fumar puros, lo que por otro lado le vendría bien para su salud y la del resto de los ocupantes del palco del Rico Pérez, que parece una chimenea durante los partidos.
El primer edil, en un nuevo intento de evitar la desaparición del club de sus amores, ha sugerido a Ramírez que fraccione el pago de los gastos notariales si es que no le llega con lo que gana mensualmente.
«Así podrá pagarlo en cómodos plazos y seguro que el IVF le pone muy poco interés«, asegura el socialista, cuyos asesores le han explicado cómo se hace «eso de fraccionar las cosas«.
Varias peñas herculanas han comenzado ya una colecta para recaudar los 75.000 euros que faltan y solucionar el problema, dado que no confían en que Enrique Ortiz tire de alicantinismo y se marque un «això ho pague jo, serà per diners».
Asimismo, operarios del club están buscando en las gradas monedas que se hayan podido caer de los bolsillos de los aficionados al saltar para celebrar los goles. Obviamente, esperan encontrar pocas.