El alcalde de Alicante, Luis Barcala, ha explicado esta mañana que el retraso en la instalación de las luces navideñas en la ciudad responde a dos motivos: uno, que «se nos ha pasao» y dos, que «como ya no da tiempo a hacerlo bien, confiaremos en aprovechar el reluz del alumbrado de Vigo», para el que Iberdrola ha reforzado todos sus recursos y que se espera que pueda ser visto hasta desde las islas Azores.
El primer edil alicantino, que circunscribe sus escasas polémicas mediáticas a la época final del año (en 2018 fue a cuenta de defender la prohibición de hacer fotos con el móvil en la caseta municipal de Papá Noel, postura de la que luego se retractó), tiene en pie de guerra al comercio local por la «oscuridad» festiva de la capital de la provincia.
Tanto es así que Barcala es conocido ya como «El Grinch» por su aparente poca querencia por las tradiciones navideñas. Únicamente Maisonnave, y porque lo paga El Corte Inglés (como muchas de las nóminas de los funcionarios de la Generalitat) presume de luces de Navidad en Alicante, por lo que esta arteria comercial capitaliza la mayoría de las visitas de los compradores.
«La gente es que se queja por vicio», ha indicado el concejal foguerer de Fiestas, Manolo Jiménez, quien apunta que este viernes se celebra el Black Friday «y, para los que no sepan inglés, black significa negro, y así estará la mayoría de la ciudad».
Por su parte, el concejal de Contratación, Manuel Villar, apela a la «conciencia ecológica» para postergar hasta el último minuto el encendido del alumbrado ornamental navideño, al contrario de lo que ocurre en otras capitales de provincia competidoras en cuestión de turismo. «No queremos ser unos guarros energéticos», sentencia el edil popular, quien apunta por otro lado que «cuanta más luz haya, más se ve la suciedad de las calles».
Fuentes municipales de indudable reputación consultadas por Viscalacant aseguran que el trasfondo del asunto de las luces de Navidad en Alicante obedecería a la posibilidad de que la activista Greta Thunberg, que viaja en barco hacia España para participar en la Cumbre del Clima que se celebrará en Madrid del 2 al 13 de diciembre, llegue al Puerto de Alicante en lugar de a Lisboa, debido a que el camino hacia la capital es desde aquí bastante más corto.
«Imagínate la que nos liaría la chiquita (How you dare?) si al desembarcar se encuentra aquí un despilfarro lumínico», agregan las citadas fuentes. «Por eso, para evitar que nos ponga en el mapa mundial de la vergüenza, estamos a la espera y sin luces de Navidad en Alicante», concluyen.