El éxito electoral socialista en los comicios generales y autonómicos celebrados el pasado domingo ya está marcando el presente de los candidatos de la cita con las municipales del próximo día 26 de este mes.
El alcaldable socialista por Alicante, Francesc Sanguino, ya ha comenzado a llegar al Teatro Principal en un avión Falcón, emulando así las prácticas habituales de su líder Pedro Sánchez.
«Tenemos la moral por las nubes, literalmente», ha afirmado con el gracejo que le caracteriza el candidato socialista, antaño simpatizante de Esquerra Unida y Podemos.
Por su parte, el actual primer edil y aspirante a la reelección, el popular Luis Barcala, está defecando blando desde el domingo.
El batacazo sufrido en las urnas por su partido, presidido por quien en las redes sociales ya ha sido rebautizado como Pablo FraCasado, podría influir notablemente en las votaciones del 26M.
Así las cosas, en el nuevo escenario político las proyecciones apuntan a la posibilidad en Alicante de un nuevo tripartito de izquierdas o, en su caso, a uno de derechas.
Los expertos consultados por Viscalacant coinciden en que la clave puede estar en los resultados que obtenga el partido ultrahipermegafacha Vox.
La formación liderada por Santiago Abascal cosechará, de partida, los votos de los violadores con ansias procreadoras, de los señores y señoras mayores nostálgicos del franquismo, de los racistas que dicen que no son racistas-pero, de todas las víctimas de la ESO y también de los analfabetos, por lo que se prevé que en Alicante consiga con facilidad más de un concejal.
Las mimbres del nuevo cesto prometen una próxima legislatura municipal que podría superar, incluso, a la que ahora acaba, donde en Alicante hemos tenido de todo: dimisiones, transfuguismo, traiciones, espionaje, peleas, insultos, denuncias, dobles raseros… Y lo que no se ha llegado a saber.
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